lunes, 28 de septiembre de 2015

We Are Still Here (2015)







Con: Barbara Crampton, Andrew Sensenig, Lisa Marie, Larry Fessenden, Monte Markham y elenco


Dirección: Ted Geoghegan


Resulta que una pobre pareja de maduros papá y mamá pierden a su joven, único e irremplazable hijo recién recibido y la vida ya no tiene sentido y entonces deciden mudarse a otra localidad para así no recordar al amado Bobby en cada rincón del hogar y el barrio y deciden comprar una casa embrujada. Bah, más que embrujada súper endemoniada en donde el malvado “Dagmar” asesinó a toda su familia y entonces los fantasmas están ávidos de carne nueva y entonces estos dos maduros y olvidados actores otrora con mejor suerte laboral les vienen como anillo al dedo, porque de carne fresca no tienen mucho pero como dijo Ralph Fiennes en The Grand Budapest Hotel –maravillosa e insuperable película- “Gallina vieja hace buen caldo”.

Entonces una sucesión ininterrumpida de portazos, caminares en planta alta, corridas, susurros, cosas que caen al piso y abundante calorazo en el sótano hacen que el viejo Paul llame al calderista para que arregle la caldera y el calderista –horrible extra- muere porque Dagmar lo toma del brazo y entonces su esposa llama a la mejor amiga y a su marido fumón, quienes hacen espiritismo y entonces estos vienen y de inmediato sienten presencias y no podrían haber colaborado peor en el film y todos terminan muertos salvo Paul y Anne, quienes son perdonados por el viejo Dagmar y entonces ellos se dan cuenta que también fueron víctimas de la casa, culpable y asesina de almas en pena desde hace 2 siglos, después de todo.

Así que déjeme de joder con esta basura, que para lo único que sirve es para ver cómo un actor que ha tenido sus quince minutos de gloria (Crampton en los ’80 con Re-Animator, qué buena que estaba; y Lisa Marie en “Wood”, dios mío, cómo un actor puede caer tan bajo) terminan colaborando en este tipo de films que sería mejor evitar por respeto a lo poco o mucho que hayan hecho en sus días de gloria.


Le pongo 2 Juanpablos. La escena en donde Fumón queda poseído por Dagmar es tan pero tan mala que entra en otra dimensión y se convierte en buenísima y para cagarse de la risa.

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