Con: Wrenn Schmidt, Pablo Schreiber, Aaron
Staton, Cody Saintgnue, Michael Chacon, Nick Saso y un tal “Nix”
Dirección: Christopher Denham
No, dios mío. Qué película pelotuda. Un bodrio
sin igual.
Resulta que un trío de inofensivos actores (jamás le harán caer una sonrisa, una
erizada de espalda, un lagrimón ni nada de eso, se pasará el film viendo la
hora exacta en su muñeca) deciden un fin de semana salir de caza en algún
bosque apto para asesinar ciervos por el solo deporte. Son dos hermanos y una
muchacha –casada con uno de ellos aunque
súper excitada con su cuñado-, y entonces salen a cazar, acampan, cada vez
que Marido sale solo Cuñado y Cachonda se quedan platicando demasiado cerca de
la fogata y uno ansía que se abracen y besen y no se den cuenta y caigan al
fuego para morir en un triste accidente pero nada de todo eso ocurre. Solo
amanecen una mañana medio en pelotas, sin la carpa ni el calzado y con una cruz
marcada en la frente con fibrón indeleble porque hay un asesino despiadado –igual que ellos con los ciervos pero con
personas- que los cazará sin más hasta hacer justicia por sus hermanos ciervos
muertos en campo de batalla.
Así que ni la terminé de mirar, no tengo ganas
a esta altura de volver a padecer una de esas películas de terror estilo “grupo aislado en bosque sin celular ni
herramienta de supervivencia alguna a merced de loco súper equipado de todo
tipo de artilugios del dolor y alimento y agua para su propia y egoísta supervivencia”.
Le pongo 2 Juanpablos y lo advierto para que
no pierda el tiempo.
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