Con: Adam Sandler, Michelle Monaghan, Kevin
James, Peter Dinklage, Josh Gad, Brian Cox, Sean Bean y elenco
Dirección: Chris Columbus
Bien. Zafable película de Adam Sandler luego
de tantos años de traspiés y fracasos rotundos que lo convirtieron prácticamente
en un temible piantavotos.
Sandler se redime y vuelve a sus fuentes, a
sus bobos chistes tiernos y a su carisma de tipo común y recontra hinchado los
huevos que tanto nos divirtiera en Big Daddy, Happy Gilmore o Mr
Deeds, la verdad es que creí esa etapa sepultada y olvidada y supuse
que Sandler nunca más saldría de esa torpe actitud payasesca en la que se había
hundido por orden holywoodiana. Acá vuelve a las fuentes, a lo que lo hizo
famoso y a lo que hizo que nos cayera bien, y eso es muy bueno.
Incluso el gordo insoportable de James no
estorba demasiado y hasta da gracia verlo como presidente de los Estados
Unidos.
Gad ayuda bastante, Dinklage garpa siempre y a
Monaghan los años no solo no la avejentan sino que la ponen más y más linda.
Y si a eso le sumamos la trama, que a quienes
pasamos los 40 nos lleva de las orejas a la época en que jugábamos al PacMan en
Sacoa o al Donkey Kong en la casa del Heavy (un
amigo de la secundaria que largó el metal y se hizo ingeniero agrónomo) y
para poder arrancar el juego había que poner unos casetes que hacían flor de quilombo
inescuchable durante 30 minutos y la mayoría de las veces la torpe Commodore tenía
algún problema de lectura y había que arrancar todo de vuelta, la verdad es que
me la pasé muy bien y disfrutamos más que mucho de esta tontería (La lucha con PacMan con los minicoopers es,
quizás, lo más inteligente del film).
Así que ni siquiera lo dude y no imagine –casi con razón- que este es otro fracaso
de Adam Sandler. No es la película más buena del 2015 ni remotamente. Y tampoco
es la mejor película de Adam Sandler. Es una película que llega con lo justo a
6 Juanpablos. Cinco por encima de las últimas bostas que ofreció este actorcete
de comedias yankies que tan pero tan bajo había caído, así que todo un logro,
Adam.
Un consejo: Sacate de encima al gordo imbécil
ese. Esta vez encajó justito, pero no habrá otra oportunidad como esta.
Y bienvenido de vuelta, amigo. Te
extrañábamos.
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