Con:
Jake Gyllenhaal, Rachel McAdams, Oona Laurence, Forest Whitaker, 50
Cent, Skylan Brooks, Naomie Harris, Victor Ortiz y elenco
Dirección: Antoine Fuqua
No, dios me libre y guarde ¡¡qué película hija
de puta!!
Increíble que este actor que no es la gran
cosa pero siempre aparece en films al menos discretos se haya prestado para
tamaña estupidez.
Cuando en la primera escena advertí en un
rincón al papa fritas de 50 Cents me dije: acá pueden pasar dos cosas, o 50
Cents finalmente abandonó su anhelo por hacer películas como sea generando toda
esa catarata de huevadas mal actuadas a las que nos tiene acostumbrados
bancándolas de su propio bolsillo y
decidió aceptar roles pequeños o aunque sea bolos en películas buenas, o esta
es otra película malísima en donde trabaja el pelotudo de 50 cents. Y no podía
ser de la otra manera.
Aterra advertir el grado de boludismo
exagerado que portan los estadounidenses que hoy, en pleno 2015, necesitan
consumir este tipo de irreales historias re plásticas y súper maquetadas de
principio a fin sin una maldita sutileza o aunque más no sea un solo momento de
libertad para el bocho del espectador, ávido de pensar por cuenta propia:
“Oh, el muchacho boxeador en el final de su
carrera y con la vida asegurada y una familia que no podría ser más perfecta
termina su último round y gana nuevamente el campeonato pero su mujer le pide
que abandone el boxeo en el instante justo en que un joven e inescrupuloso aspirante
al título le ofrece pelear por el cinturón y entonces él quisiera pero la mujer
le pidió que no más peleas entonces el joven e inescrupuloso aspirante al
título decide humillarlo en público para así atraer su sed de venganza pero
todo sale mal y la tragedia envuelve al boxeador estrella quien de un día para
el otro no solo pierde todo pero todo-todo-todo (le queda apenas un bolsito de
mano) sino que incluso pierde la tenencia de su hija preadolescente y entonces
debe rescatarse y renacer con gran sacrificio en un gimnasio de pacotilla al
mando de otro fracasado como Forest Whitaker y entonces de a poco y con gran esfuerzo
logra recuperar a su hija ante la alegría de la joven que la tiene en custodia
y hace una pelea a beneficio de los caídos y heridos en Irak (siempre volvemos ahí…) y viene 50 Cents
y le ofrece pelear por el título con el joven e inescrupuloso hoy campeón y
Forest se niega (Dios mío…) pero después acepta (¡Dios mío!) y pelea contra el
bandido que lo dejó en la calle y ahora disfruta de las mieles del éxito
(¡¡Dios mío!!) y le gana (¡¡¡Dios mío!!!) y todo vuelve a la normalidad mientras
la joven que custodiaba a su hija –una
morocha despampanante, y aquí me detengo un instante: ¿por qué razón quien
tenía en custodia a su hija tiene que ser sí o sí una morocha despampánate? ¿no
podría haber sido un viejo pelado, o un petiso cachetón? Rick Moranis hubiese
sido más que tierno en el rol de custodio de una preadolescente, pasa que
después ¡¡¡¡no podría empomárselo y reconstruir su familia!!!!!-.
Por favor, qué película hija de puta.
Le pongo 1 Juanpablo.
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