Con:
Melissa McCarthy, Rose Byrne, Jude Law, Jessica Chaffin, Richard Brake,
Jason Statham y elenco
Dirección: Paul Feig
Si uno pretendiese abusar en cada flanco sobre
una persona de condición obesa señalándola todo el tiempo no solo de gorda,
sino también de estúpida, inútil buena para nada, torpe y súper fea e
incogible, señalándole que jamás podrá triunfar en esta vida porque la grasa de
las hamburguesas de McDonalds que se comió le fritó el cerebro así que no
podría anhelar otra cosa que vivir a escondidas en algún cuartito de alquiler
de un barrio discreto y trabajar encajada en un box con una computadora pegada
a la frente para que al menos nadie padezca contemplar su deformidad no le
llegaría ni a los talones a esta inmunda película de agentes secretos que apuesta
al humor sobre Susan, una empleada del gobierno que le hace el apoyo técnico a
un súper agente secreto que no podría ser más sexy (Jude Law) con el que se
lleva de mil maravillas pero jamás podrá empomárselo porque claro, ella es una
gorda fofa a la que solo Jude Law trata (ponele…) con el respeto que merece
mientras que el resto de la gente que se cruza o la esquiva o la escupe o la
insulta o la denigra delante de todos.
Y la verdad es que ya estoy un poco roto las
pelotas de advertir cómo EEUU compra tickets y se encaja con alguna complejidad
en la butaca del cine con flor de tarro de pochoclo sobre la buzarda para ver
precisamente como los insultan a ellos mismos y les acotan sus posibilidades
mientras se mueren de la risa con los más patéticos latiguillos y chistes sobre
gordos.
Así que lamento mucho que Melissa McCarthy
haya prestado su regordete cuerpo para esto en lugar de meterle un juicio a
quien le haya presentado la propuesta y espero que Jude Law salga a pedir
disculpas.
Jason Statham me la puede fumar en pipa.
Incalificable.
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