viernes, 24 de junio de 2011

The Rite (2011)





Con: Anthony Hopkins, Colin O’Donoghue, Alice Braga (qué mina que no puedo ni ver), Cirián Hinds (el inventor de afamada crema para manos), ¡Rutger Hauer! y… ¡¡María Grazia Cucinotta!!

Dirección: Mikael Håfström



El joven Michael es un muy buen muchacho que tiene como rol en este mundo desesperante preparar muertos para el sepulcro, su padre (Rutger Hauer, ¿qué hace Rutger Hauer en esta película?) tiene una casa de sepelios y le enseñó el oficio. Y él lo hace muy bien, pero no es lo que más le gusta del mundo (en realidad a nadie le gustaría hacer eso, dilema para los chicos Z: ¿quién se encargará de esta labor en el mundo que anhelan?)


Y entonces un buen día se planta y se pira a encarar con brío su verdadera pasión, que es ser sacerdote. Pero le dura poco, de inmediato se da cuenta que no tiene la fe necesaria (en realidad se da cuenta que no cree en dios, y esto es una pelotudez lisa y llana porque vos no te vas a inmolar de curita sin suponer que ese chabón existe, no puede ser tan boludo el que escribió esta trama, salvo que sea un mensaje subliminal del Vaticano… Mmm, puede ser…) y le manda un mail a su superior diciéndole que abdica o renuncia o deserta o como se diga “irse de cura”. Y el superior lo chantajea y le dice que si no sigue deberá pagar los cien mil dólares que le costó al Vaticano creer en él, entonces lo tiene agarrado de las pelotas. Pero lo quiere mucho (¿?) y le ofrece que vaya a Roma a estudiar para exorcista. Él le pregunta, iracundo, si escuchó lo que le dijo, que no quiere saber nada con el credo y que no cree ni en dios ni en el diablo; pero el superior se levanta del banquito de plaza donde están platicando y le dice que no tienen curas (no tienen cura, curas deben tener todavía) y que necesitan que se alisten varios, porque la fe se está desmoronando como un castillo de arena y ya hay muchas iglesias que no tienen quién las dirija (si no se hubieran culeado tantos niñitos, si no hubieran mostrado tanta ostentación económica, si no hubieran estado siempre del lado de la extrema derecha... En definitiva, si hubieran hecho las cosas como se debe y hubieran velado por la dignidad humana tendrían que echar curas por las ventanas, el mundo entero sería eclesiástico, andaríamos todos vestidos con sotana… Uy, me fui por las ramas otra vez, perdón).

Entonces el joven le dice que no, que para qué va a intentar si ya sabe que no cree en dios. Y el superior, ya yéndose, le dice: “Son 2 meses en Roma, ¿qué podés perder?” y se va.

Días más tarde se va convencido a Roma y llega a la clase de exorcismo que hay en el Vaticano y luego se entrevista con su profesor, manifestándole que él no cree en dios ni en el diablo y que no sabe qué bosta está haciendo ahí pero como come gratis se piensa quedar el tiempo que haga falta. Y el maestro le dice que lo vaya a ver a Anthony Hopkins, que si no cree en dios ni en el diablo cuando lo vea a Hopkins va a creer…

Y él va de Hopkins, que justo está esperando a la hija de la Cucinotta, que está poseída y embarazada. Es muy lamentable el papel de la Cucinotta, porque no habla en toda la película. Aparece 3 veces, sentadita con las manos entre las rodillas haciendo un bolo mudo de esos que solo consiguen los actores principiantes (le deben haber pagado 50 dólares por esta actuación), es tan absurdo que sea ella que cuando la vi le dije a mi mujer: “¿Esa no es la Cucinotta?” mientras ella, sorprendida, asentía con la cabeza. Estuvimos esperando toda la película que abra la boca, que diga algo…, qué se yo, “Buon giorno” al menos, “grazie” o “prego”, o “Buonanotte”, o "Passarella", qué sé yo. Pero no dice nada, y aparece sólo unos minutos.

Y bueno, la hija de la Cucinotta está re embarazada y re poseída (la embarazó su propio padre) y entonces el cura joven le dice a Hopkins que quizás la piba se doble toda y se arranque las uñas y hable con voz gruesa porque está muy perturbada por haber sido violada por su propio padre, que porqué hay que creer que tiene el demonio dentro… A lo que Hopkins sonríe con sorna como diciendo “Ay, los jóvenes de hoy… no creen en nada.”

Y de ahí en más la película trata, de manera muy desfachatada, de cómo el joven va empezando a creer en dios, que es el único motivo por el cual se realizó esta película, para intentar pescar algún gil con la guardia baja y así retenerlo en las filas de la religión católica apostólica romana, credo que está pasando el peor momento de su ya terriblemente larga e increíble historia, para terminar la trama diciendo “el cura Hopkins hoy continúa viviendo en la casita de Roma y sigue exorcizando gente – el cura joven se mudó a Connecticut y aún hoy dirige las misas del austero pueblito en el que vive” porque, como bien dice en la tapa, esta película está basada “EN HECHOS REALES”.

Váyanse a cagar.

Una pena que Anthony Hopkins se haya prestado para esta pelotudez, ya que hubiera sido preferible recordarlo como Hannibal Lecter y no como el cura exorcista que después es poseído por un demonio y entonces pone cara de Hannibal Lecter.

Le pongo 1 Juanpablo. No pierda el tiempo en ver esta idiotez.

2 comentarios:

Federico Fernández Reigosa dijo...

Pensar que me la habían recomendado. Quite por favor la "H" en "habra" (la boca) y colóquela en HECHOS (reales) antes que escupa. Le mando un beso herético.

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Dios mío, ¿cómo pudo ocurrir semejante oprobioso error de ortografía? Es que ultimamente estoy un poco acelerado. Sepa disculpar. No volverá a ocurrir.