miércoles, 29 de junio de 2011

Unknown (2011)



Con: Liam Neeson, Diane Kruger, January Jones, Aidan Quinn, ¡Bruno Ganz!, Frank Langella y Sebastian Koch

Dirección: Jaume Collet-Serra


Liam Neeson es el biotecnólogo Martin Harris. Está casado con una bellísima rubia y la vida no solo le sonríe sino que es un poco demasiado: Es inmensamente feliz, se empoma muy bonita rubia, viaja por el mundo y para en los mejores hoteles por su condición de científico re pulenta. Un groso Martin Harris, seguro que algo le va a pasar.

Entonces están viajando rumbo a Berlín mientras se hacen miles de caritas cariñosas con su Rubia y cuando desembarcan (eso está mal, ¿ve?, ¿porque por qué “desembarcan” si vienen en avión? ¿No debería ser desavionan? Nunca entendí esa expresión). Entonces, cuando “desavionan” ¿no va el pelotudo y se olvida el maletín en la vereda cuando se sube a un taxi? Qué pelotudo, Liam Neeson.

Y llega al hotel, espléndido, lleno de dorado y de conserjes re amables (la vida de la gente con plata es mucho más cómoda que la de los que no tienen tanto, la próxima vez voy a tener plata) y Rubia entra pero él se queda en la vereda controlando el equipaje y se da cuenta ahí mismo que le falta el maletín, donde tiene el pasaporte, el DNI, la libreta de enrolamiento, la libreta cívica de su mujer y la libreta de ahorro postal que viene completando desde la época de Perón. Entonces maldice y se sube al próximo taxi y se va raudamente a buscar su maletín (que lo dejó en la vereda, no sé si me explico: en la vereda lo dejó).

El nuevo taxi es conducido por una innecesaria Diane Kruger (hija del lejendario Niki Lauda del cine, Freddy) a la que denominaremos “Taxista Innecesaria” ya que no hacía falta que trabaje esta mujer en esta película tan pedorra siendo una joven con gran futuro y habiendo empezado a pegar roles copados.

Taxista Innecesaria lo lleva de regreso al aeropuerto pero el tráfico berlinés es terrible. Está infestado de alemanes yendo de acá para allá, por lo que decide tomar un atajo y encarar otra avenida, con tan mal tino que se pone detrás de un camión de mudanzas del que se desprende una heladera con freezer, cayendo y dando una enloquecida cabriola, amenazando con estrellarse en el parabrisas del Mercedes Benz de Taxista Innecesaria, por lo que la muchacha, en una arrojo de agilidad sorpresivo, volantea y termina cayendo tontamente en un río, que puede ser tanto el Spree como el Havel, pero el director no lo aclara.

Y se hunden y Harris se golpea la cabeza y se desvanece y Taxista Innecesaria logra escapar rompiendo un vidrio para luego rescatar a Harris, que ya se ahoga, por la luneta. Y lo rescata. Con tanta suerte que cuando lo acerca a la orilla ya se encuentran los paramédicos que lo revivirán. Qué groso debe ser vivir en una ciudad repleta de paramédicos.

Y bueno, lo reviven y el tipo no se acuerda un pomo. No sabe qué le pasó, ni a donde iba, ni porqué iba donde iba, ni de dónde venía, ni quién lo llevaba. Nada. Tampoco le pone onda Liam Neeson porque el médico intenta ayudarlo, pero es un indocumentado y lo único que se acuerda es que es un biotecnólogo y que está casado con Rubia (se llegaba a olvidar de ella y lo iba a buscar y le daba yo una piña) entonces luego de unos días logra convencer a Médico para que lo largue así puede recuperar a su amor, que seguro lo espera en el hotel y está indefensa en una ciudad que no conoce. Pero Rubia no hizo la denuncia. Raro.

Y llega al lujoso hotel berlinés y se presenta como Martin Harris, mintiéndole a la conserja con que se olvidó la llave, pero Conserja no es ninguna boluda y le pide una identificación, que don Harris no tiene, así que llaman a seguridad y él intenta persuadirlos que no lo encarcelen, que le permitan al menos hablar con su mujer, que ni bien ella lo vea todo este incómodo episodio dejará de existir. Entonces Guardia acepta el reto y lo acerca a Rubia, que lo mira como diciendo ¿Y este quién es? Y no solo no lo reconoce sino que, para peor, ella está casada, como bien señaló él, pero su marido se encuentra en el recinto, y lo llama: “Marido, marido, ven por favor. Acá hay un señor que dice que es tu… ¿Es tu?" le pregunta, algo confundida, debe ser horrible preguntar eso. A mí no me sale. Y Marido le dice, perplejo y encogiéndose de hombros: No. Yo soy yo, no tu. Y Guardia lo saca a pistoletazos a la vereda.

Y entonces Liam Neeson vuelve derrotado al sanatorio y Enfermera se compadece de él y le da una tarjetita con una dirección y le dice que lo vaya a ver a Bruno Ganz, que es un actor de cine alemán muy famoso que ahora trabaja de detective privado en esta película de mierda. Y tal cual, el tipo va y le toca timbre y aparece en escena el memorable Bruno Ganz, quien trabajara en Nosferatu de Werner Herzog, o más cerca, en la actualidad, quien protagonizare el Adolf Hitler de la película “La Caída”! (¿Qué hace, por un demonio, Bruno Ganz en este film de cuarta!!!?!?!?!?!) y Bruno Ganz lo hace pasar y le dice, entre truculentas toses, que lo va a ayudar porque Enfermera era muy amiga suya y se siente en deuda.

Entonces Liam Neeson le describe todo lo que le ocurrió y le dice que incluso lo llamó a su gran amigo Rodney Cole, de EEUU, para que venga a socorrerlo pero su amigo no le atiende el teléfono. Y Bruno Ganz le recomienda que busque a Taxista Innecesaria, que la encuentre y la traiga así pueden atar mejor los cabos sueltos. Que le cree todo lo que le dice. Pero que está frito si su propia mujer está entongada con aquellos que intentan hacerle perder su identidad.

Y él la busca y la encuentra. Y ya no es taxista, ahora es moza porque, a pesar de ser Diane Kruger una actriz alemana más alemana que el propio Michael Schumacher, o más alemana incluso que don Otto Von Bismarck; y a pesar de que la película está ambientada en la actual y pujante Berlín, nuestro descarado director decidió hacer ver que la joven es una indocumentada (sí, querido lector, Diane Kruger indocumentada en Berlín) y entonces cuando tuvo el accidente, al ser indocumentada, escapó.

Al principio ella no quiere saber nada con ayudarlo, porque no quiere kilombos con la policía, pero él le regala su relojazo súper caro, que es lo único que le queda (como cuando murió Manuel Belgrano) y ella acepta y lo lleva a la casa, pero mientras él se está dando una ducha al momento en que Diane prepara la cena, entran unos matones que intentan matarlos, pero Liam Neeson se pianta por la ventanita y está muy desabrigado en el tejado nevado del edificio de mala muerte donde vive Kruger.

Entonces finalmente logran escapar en otro Mercedes Benz y se meten en una Boite para recuperar el aire y poder hablar ocultos en un reservado, y no pueden creer lo que les está sucediendo. No entienden nada. ¡Esos dos forajidos querían acabarlos! (matarlos, quiero decir, no sea asqueroso).

Mientras tanto, en el aeropuerto, se está gestando la escena más pelotuda de la película. Rodney Cole llega a Berlín para ayudar a su amigo en problemas y llama por teléfono a Bruno Ganz (porque Liam Neeson le dejó un mensaje en el contestador diciéndole que se comunique con Bruno Ganz para poder contactarlo ya que solo Ganz sabe dónde se encuentra) y entonces Rodney Cole llama a Bruno Ganz y se genera este estúpido diálogo:

- Hola, ¿con Bruno Ganz?
- Sí, él habla.
- Señor, qué tal. Mi nombre es Rodney Cole, soy amigo de Liam Neeson y vengo a socorrerlo, ¿me puede decir en qué lío se metió? – y la cámara continúa enfocando a Rodney Cole, que se queda en silencio escuchando lo que Bruno Ganz tiene para decirle, pero sólo dos segundos después exclama: ¡No le puedo creer!

Entonces me hago el siguiente planteo, o Bruno Ganz tuvo un raro ataque de verborragia inusitada y le contó toda la película en tan poco tiempo o el director no se dio cuenta que esa escena quedó bien como el orto.

Y Bruno Ganz corta y se queda pensativo: “Rodney Cole, Rodney Cole… ¿de dónde me suena este ñato?” y de inmediato pone cara de haber recordado de dónde le sonaba. Y se va para la cocina y se prepara un café, pero extrae del fondo de la alacena una latita vieja en donde hay un sobrecito de “algo”. Y Rodney Cole le toca la puerta (este tuvo un raro ataque de velocísmo inaudito porque tardó en llegar desde el aeropuerto hasta lo de Bruno Ganz el mismo tiempo en que Bruno Ganz tardó en ir del living a la cocina...).

Entonces Bruno Ganz grita: “Ya va, ya va” como lo hacía mi abuela Elsa y le abre y cuando lo ve se acuerda quién es. Es Rodney Cole, ¿cómo olvidarlo? Si se llevó de mi vida lo mejor... Y lo hace pasar y Rodney Cole se da cuenta que Bruno Ganz lo recordó y se produce un diálogo muy raro, como si ambos se conocieran de toda la vida. Y Rodney Cole le pregunta si va a colaborar o no. Y Bruno Ganz le pone el sobrecito al café (en el sobrecito hay cianuro, pero usted no diga nada) y se lo toma y se muere.

Bueno la corto porque es demasiado. Liam Neeson en realidad es un terrorista que estaba en una misión para hacer explotar por el aire a un árabe lleno de guita que estaba bancando a un científico que había creado un maíz que crecía hasta en el hormigón armado. Y como el árabe es bueno y no quiere seguir llenándose de dólares sólo por vender barriles de petróleo, decide que es momento de abrirse de eso y apostar al maíz que crece en cualquier lado, sobre todo para terminar de una vez con el hambre en el mundo (¿puede ser más hipócrtita lo que estoy viendo?). Y la misión en realidad es para confundir, porque lo que verdaderamente quieren es matar al científico haciendo ver que matan al árabe, para quedarse con la notebook y así poder patentar los yankies el maíz que crece en todos lados y hacerse muchísimo más millonarios que lo que ya son.

Y Liam Neeson recupera su memoria y se da cuenta que él en realidad era flor de sorete, al igual que Rubia, que no estaba casado, que era una pantalla y que al perder la memoria Rubia no tuvo otra alternativa que reemplazarlo por otro marido de la organización para poder llevar a cabo su maléfico plan.

Y entonces Kruger lo mira como con distancia (ahora se destapó el intríngulis) y le hace el comentario más cursi que he visto al menos este año en cine:

- Martin, no importa quién has sido. Sólo importa la actitud que tengas de aquí en más.

Y Martin resuelve ir a por el científico, rescatarlo y matarlos a todos.

Y la película termina con Martin con nuevo nombre en compañía de Kruger que se transforma en su prometida, yéndose por una escalera mecánica a tomar un vuelo para ir vaya uno a saber dónde (Qué bárbaro ¿no? ¿cómo hacen eso?)

FIN.


Una real bosta de camello. Patética película sin dudas. No entiendo qué hacen ni Ganz ni Kruger en este filme horroroso pero no importa, uno nunca termina de aprender. Aprovecho este emotivo acto para galardonar a Liam Neeson y a Diane Kruger con el premio “Val Kilmer” a la mala actuación de la semana.



Le pongo 2 Juanpablos, puntaje puro y exclusivo otorgado a la belleza de January Jones. Zarpada en gatas la blondita.

Muchas gracias

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