miércoles, 25 de mayo de 2011

Game of death (2010)




Con: Wesley Snipes, Zoe Bell (otra Tarantino que se la vuela, y ya van…), Robert Davi y Gary Daniels.

Dirección: Giorgio Serafini.

Qué bueno, porque resulta que venía alquilando sólo películas buenas y no había caso, no pegaba una bien chota como para defenestrarla indignado. Y ayer entré en mi video club amigo con gran escepticismo y la vi, apoyada con sensualidad en la góndola. Y debo admitir que me volvió el alma al cuerpo. Y me dije, alentándome: “Vamos, carajo; este negrito no le erra… Hace sólo películas malísimas” y me aferré al ejemplar, como encaprichado, pagué y me fui a casa a deleitarme con las nuevas disparatadas ocurrencias de Wesley Snipes, ese mal actor estadounidense.

Resulta que Wesley (Marcus, en la película) es un despiadado agente de la CIA que tiene como labor hacer los trabajos sucios que no pueden realizarse abiertamente a la luz de los periódicos o encargárselos a tipos que cobran un sueldo en blanco y pagan aportes por ello (como ir a asesinar a Osama Bin Laden, por ejemplo, no. Markus se encarga de cosas más oscuras todavía).

Y le dan un nuevo trabajo, el tipo se tiene que infiltrar en el núcleo más íntimo de un poderosísimo mafioso y, una vez dentro, hacerlo cagar.

Entonces, de un día para el otro, Markus ya es el nuevo guardaespaldas del poderosísimo mafioso y van en una limo y a Mafioso va y la agarra un infarto, entonces Markus lo lleva al hospital, pero lo siguen unos chabones que quieren matarlo, aunque Markus logra internarlo sano y salvo (aunque lo de sano en realidad no está bien, porque Mafioso no está sano, de lo contrario no estaría intentando ingresar en un nosocomio. Digamos entonces que Markus logra internarlo “enfermo y salvo”).

Luego de esto la película viaja a un futuro cercano en donde Markus está con una boina y un gamulán en un auto re pedorro viendo como unos niños de color juegan basquetból con un párroco también de color. Y Markus tiene flor de bolso a su lado, y entonces cuando el partido termina, Párroco les da la mano a los jóvenes de manera muy canchera (se golpean los nudillos y hacen esas monerías manuales típicas del Bronx) y se va aconsejando a los niños que no se metan en problemas. Y Markus baja del auto y lo sigue con el bolsote (y uno dice: chau, cagó el párroco de color, pero no).

Entonces se mete en la iglesia con el bolsote y está como perdido, ensimismado en sus pensamientos, no sabe qué hacer (como Al Pacino cuando va al Vaticano en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) entonces aparece por un costado Párroco y lo ve como perdido y le pregunta si quiere que se sienten a hablar (como el cardenal Lamberto a Al Pacino en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) entonces Markus lo mira como diciendo “¿te parece?” (como Al Pacino en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) y acepta sentarse y hablan 2 o 3 vaguedades pero Markus está visiblemente acongojado y no larga prenda, y Párroco le dice: ¿por qué no te confiesas? (como el cardenal Lamberto a Al Pacino en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) Entonces Markus lo mira con asombro y le dice que no, que no recuerda cuando fue la última vez que se confesó, pero fue hace mucho, y que sus pecados son tan grandes que el cielo no lo aceptará como miembro honorífico (como Al Pacino en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) y Párroco le dice que no tiene nada que perder y que lo que le cuente quedará entre ellos (como el cardenal Lamberto a Al Pacino en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida), entonces Markus lo mira con una expresión medio risueña y medio temerosa (como Al Pacino en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) y larga y bate todo lo que hizo en su vida (como Al Pacino en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) mientras el párroco cierra los ojos con horror (como el cardenal Lamberto en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida) y sólo aporta entre historia despiadada e historia despiadada un lastimero: “Go on, my son” (como el cardenal Lamberto en “El padrino III” pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida).

Y bueno, la película vuelve al pasado que en realidad es presente (como en Volver al Futuro, más o menos así) y están de vuelta en el hospital y los malos irrumpen en el quirófano y obligan a la doctora a que le arregle el corazón rapidito a Mafioso porque se lo tienen que llevar, y la doctora le repara el bobo ágilmente y se lo llevan, y Markus intenta impedirlo pero de golpe le viene un fortísimo y devastador ataque de diabetes y pide un vaso de naranjada o unos chocolates (¡¡¡¡como Al Pacino en “El padrino III”, pero sin la onda y con una desvergüenza y una falta de respeto que pocas veces vi en mi vida!!!!!) y cuando se recupera se cagan a tiros pero nadie se mata y los malos logran huir y llevan a Mafioso a un edificio re copado de una corporación que maneja montañas de dinero en efectivo. Pero los malos entran como si nada, y llegan al “número uno” de la corporación con gran facilidad mientras Markus (que está desmayado por un culatazo) se despierta confuso y se sube a una ambulancia que hay en la puerta del hospital y va en busca de sus golpeadores, y de su mafioso (eso también es re copado de EEUU… ¿vieron que uno puede venir de traje y con una pistola en una mano y hacer cara de boludo y subirse a una de esas ambulancias recontra faroleras que tienen y llevársela como si nada? Quiero ir a vivir a ese país).

Y para cuando llega a la corporación todos los agentes de seguridad están muertos, todos los ejecutivos que trabajaban para el “número uno” están muertos y los malos con el mafioso más la doctora están en la bóveda rodeados de paredes enteras de dinero en efectivo. Entonces Markus los va cagando a tiros de a uno hasta que queda el más malo de todos (eso también cansa, ¿siempre el peor de todos es el último? ¿nunca pasó que el más hijo de puta muera primero, o cuarto, pero no último? No. Nunca pasó. Ni va a pasar).

Y van a la terraza del edificio re alto y re copado porque el más malo va a escapar con 100 palos verdes por la terraza a bordo de un helicóptero que está al llegar, pero Markus lo sigue y se re cagan a patadas, Markus va perdiendo (como en todas las otras películas de éste bajo nivel) hasta que de golpe se recupera (como en todas las otras películas de este bajo nivel) y le quiebra todas las rótulas del cuerpo (rodillas, codos, hombros, pene) dejando para el postre la rótula final: cuello. Y lo deja ahí tirado, desmembrado, desarmado y desarticulado. Y se va con el bolsote.

Y sale del edificio corporativo mientras entran, desesperados, miles y miles de bomberos, agentes de policía y paramédicos. Pero nadie se da cuenta que él se está yendo con un bolso de tela de avión enorme que nada tiene que ver con su espléndido traje marrón.

Y la película vuelva a aquel futuro que ahora ya es presente y muestra a Markus nuevamente con el párroco. Ya terminó de confesarse, y le señala que hoy a la mañana cuando lo vio jugando basquetból con los niños, simplemente no pudo creer lo simple que es la vida (ahí casi me levanto y tiro el TV por la ventana, pero luego me frené, ya que es el único que tengo) Y entonces se levanta y se va compungido, mientras el párroco lo mira con ternura y la cámara muestra, desde la puerta de entrada a la iglesia, como Markus se retira, el párroco lo mira y el bolso queda ahí a un costado, seguramente obsequiado por Markus en secreto, para que el párroco ayude a los niños carenciados, o para que esa misma noche llame a un par de escorts re pulentas, pero nunca lo sabremos.

FIN

Este negro es un genio. Sin dudas es el soldado Chamamé norteamericano.

Le pongo 1 Juanpablo (las tomas aéreas de la ciudad son muy lindas, los directores están a full con la fotografía con mucho contraste, y los edificios viejos son ideales para esas tomas).

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