I spit on your grave (2010)

Con: Sarah Butler, Jeff Branson, Andrew Howard, Daniel Franzese, Rodney Eastman, Chad Lindberg y Tracy Walter.

Dirección: Steven R. Monroe

Jennifer (Siempre se llaman Jennifer, vio?) es una escritora muy joven y muy linda que necesita, para ponerse en onda con su nueva novela, irse bien lejos-lejos, donde cagó el conejo a que nadie la joda. Así que se alquila una cabaña en el medio más medio de la nada misma, bien distante del último pueblito de mala muerte del más abandonado de los condados norteamericanos (¿le quedó claro?, bien, se ve que el que escribió esta historia no vio Misery).

Y entonces llega al pueblito en donde tiene que encontrar la casa del señor que le alquilará la cabaña y todos los parroquianos la miran con desprecio y cara de deficientes mentales (¿vio que en los pueblitos abandonados de EEUU sólo habitan seres sin dientes y con leves retrasos mentales? Bueno, así) y ella se pasea por las vacías calles del poblado con su 4x4 súper nueva, mirando para cada lado en busca de la dirección, desentonando por completo con el paisaje (El director reprobó la materia “matices” en la facultad de filmación, pero se largó a filmar igual, qué mierda…)

Y bueno, finalmente llega del señor que le alquilará la cabaña, que es un viejito sin dientes. Viejito sin dientes la recibe con mucha alegría mostrando sus espléndidas y relucientes encías y le da la llave y le dice que siga derecho hasta el fondo de la avenida, en donde termina el pueblo y ahí, donde está la gasolinera, doble a la derecha. (pero en realidad, lo dice bastante mal al no tener dientes, por lo que esto suena así: “niga neneecho ahta none ehtá na nanoninéda y noble a na neneecha”, así que la petisa no entiende un pomo, pero hace cara de que le entendió y se va, total, seguro alguien le marcará el camino… ¡Si preguntando se llega a Roma!).

Y llega hasta la gasolinera y baja a cargar combustible y a preguntar coordenadas, pero la estación la atienden tres pajeros que jamás en su puta vida vieron una minita, y la molestan bastante, apretándola con la mirada. Y le dicen dónde tiene que doblar (y uno se da cuenta en ese instante, que la seguirán y violarán hasta que le salga pus por los ojos, mostrando nuestro director, otra vez, que nunca aprobó la materia “matices”)

Entonces Jennifer llega a su cabaña, hermosa, grande, cálida, con un lago y miles de árboles altísimos que no sólo la protegen de cualquier ruido que pudiera llegar hasta esa zona, sino que también la aíslan por completo del mundo todo (esperemos que no le pase nada a esta chica ahí porque de lo contrario ¿¿¿quién podrá ayudarla???)

Y empieza a escribir, y se fuma un porrito, y se clava un vinito y se va a dormir, pero escucha ruidos raros afuera. Y al otro día se le rompe una tubería y llama a Viejito sin Dientes que le manda un retrasado mental a que le arregle el caño, ella se da cuenta que al pibe le faltan varios caramelos en el frasco pero se muestra muy hospitalaria y luego le da un beso (sos bastante estúpida, Jennifer, deberías saber que un adulto retrasado tiene más ganas de ponerla que un violador que hace 10 años está cumpliendo una condena) Y Retrasado hace carita de orgasmo pero se retira. Y a la noche se fuma otro porrito y se clava otro vinito y antes de dormirse, otra vez los ruiditos. Pero esta vez sale a ver qué onda. Y cuando vuelve a la cabaña se encuentra con sus amigos de la estación de servicio, más Retrasado, que muestra en sus ojos no sólo que no quiere estar ahí, sino que tampoco aprueba lo que están por hacerle a la chica que fue tan buena con él y que le dio un beso.

Y le mandan mano por todos lados y la filman y le hacen hacer todo tipo de cosas, aunque sin llegar al sexo propiamente dicho (la obligan a sobar un revolver como si estuviera haciendo un pete, o frotarse un bate de baseball entre los pechos, cosas así; mientras Retrasado en un rincón hace: “¡mmmbld, mmmmbld!” demostrando con esto que no comparte la moción). Y en un momento de confusión, Jennifer le da un fuerte golpe en las pelotas a Pajero II mientras Pajero I intenta persuadir a Retrasado que se la ponga a la chica y Pajero III filma todo con una camarita.

Y huye al bosque encantado en pijama y en patas. Corre y corre desesperada y justo va y tiene la suerte de enganchar ¡al sheriff del condado con el viejito sin dientes que están cazando por la zona! ¡Súper!. Y el sheriff le dice que se calme, le ordena al viejito sin dientes que vuelva a la ciudad y acompaña a Jennifer hasta la cabaña para encarcelar a los pajeros del pueblo. Pero es todo una chanza, porque en realidad el sheriff es más pervertido que Dominique Strauss-Kahn, incluso es muy amigo de los 3 Pajeros y cuando llegan y se reencuentran todos en la cabaña, Sheriff es el que organiza la violación. Y ahí sí que la violan. Y la violan mucho. De todas las maneras que a usted se le ocurra. Por delante, por detrás, intentan ahogarla en un charco. La descosen, pobre muchacha.

Y en un tiro están todos cagándose de risa del polvo que cada uno se acaba de echar y de cómo destrozaron a esa jovencita y ella se levanta, súper violada, toda sucia y en pelotas, y camina tambaleante hacia el muelle. Los violadores la siguen de atrás, y se siguen riendo y preguntando ¿a dónde querrá ir? Y cuando llega al muelle se tira al agua. Y desaparece.

Los violadores se quedan un rato largo intentando darle un tiro apenas saque la crisma del agua, pero Jennifer no aparece más.

A pesar que tanto Pajero I, como II, como III señalan que no hay de qué preocuparse, Sheriff los recaga a pedos y les dice que hasta que no encuentren el cadáver hinchado por el agua de la joven no dejen de buscarla, porque si esa mujer llega a hablar, van todos presos (¡NO!, ¡¿en serio?!)

Y bueno, las semanas pasan, el cadáver no aparece y los pajeros se van olvidando del asunto y Jennifer, que está viva y planeando su venganza, ya tiene todo listo para hacerlos pagar en una casa abandonada que hay muy cerca de la cabaña que había estado alquilando. Y entonces los va cazando de a uno, y les va haciendo lo que cada uno le hizo a ella, pero con mucho más énfasis, a saber:

A Pajero III le gustaba filmar lo que sucedía, bueno, Jennifer lo ata y le cose los párpados a la frente para que no pueda pestañar ni cerrar los ojitos, y le unta toda la cara con pescado podrido, y le mete una rata muerta en la boca, y vienen los cuervos y le comen los ojos mientras él grita sin poder hacer nada al respecto.



A Pajero II, quien había intentado ahogarla mientras le daba rosca, le da un golpe y lo deja inconsciente para luego atarlo a una bañadera en donde hay soda cáustica y cuando despierta le saca un sostén que lo mantenía elevado y Pajero II debe comenzar a hacer mucha fuerza con su espalda hacia arriba para no sumergir su cara dentro de la bañadera, pero esto dura lo que un pedo en la mano, porque cuando ya no puede más se hunde en la soda y muere desfigurado y derretido con una muerte lenta, horrorosa e insoportable.



A Pajero I, quien la había violado por la boca y mientras lo hacía le decía “caballita” y tenía un fetiche raro con los dientes de la joven, le pone un freno de caballo, lo cuelga en pelotas, le arranca uno a uno los dientes, luego le corta el pito y se lo hace tragar (todo esto se ve, querido lector).



Y a Sheriff y a Retrasado los mata juntos, resulta que Sheriff fue el encargado de darle por atrás, entonces los tiene a los dos dormidos, y le mete a Sheriff la escopeta por el orto y ata un piolín en el gatillo y lo pasa por unas arandelas y le ata la muñeca a Retrasado. Y Cuando éste despierta, porque Sheriff grita mucho por el dolor que siente al tener 50 centímetros de escopeta metidos en el upite, Retrasado mueve la manito y dispara la escopeta, que le hace un túnel a Sheriff uniéndole el culo con la cabeza, para luego destrozar su propio pecho, matándose, embadurnado de tripas y caca de aquel que hasta hacía muy poco, era el encargado de mantener el orden en el pueblito que lo vio nacer.



FIN

Como ya no pueden hacer más películas del tipo “El juego del miedo” porque la morbosidad tiene un límite (usted dirá que no y tendrá razón, pero yo me refiero al límite de lo que experimenta el veedor, llega un momento que no hay más nada de qué espantarse) Ahora decidieron, mientras seguían sacándose los mocos en los espléndidos escritorios de caoba de las oficinas de Hollywood, que había que ir a por el morbo sexual, desempolvando una vieja y estúpida película de la década del ’70 y remakeándola.

Y ahí lo tienen. Puro y desesperante morbo sexual.

¿Por qué no se van a cagar?

Es horrible, muy desagradable y me da mucha bronca haber visto esta hijaputez.

Le pongo 0 Juanpablos. No sea tan boludo de ver esta desagradable película.