lunes, 18 de febrero de 2013

Death Of The Virgin (2009)





Con: Natasha Allan, Linda Valadas, Jennifer Healy, Grace Pieniazek, Maurizio Vacca, Marc Aurelio, el propio Joseph Tito y una actriz de renombre que no voy a mencionar ya que haber participado en esta película es lo más bajo a lo que puede caer un actor de renombre, así que me guardaré su identidad con recelo justiciero.


Dirección: Joseph Tito



En una apuesta sin precedentes, unos productores desconocidos convocaron a los más horripilantes actores que hay hoy por hoy en el mercado y, mediante el pago de una pobrísima cuota, los arengaron a que participaren en este desesperante ¿film? que haría que el propio Ed Wood se revolcare en su tumba del desagrado, haciendo que este humilde servidor quedare completamente desconcertado, sabiéndose aún un simple amateur en lo que a ver películas malas se trate, así que aquí va:

Resulta que Mala Acriz decide viajar a un pueblito de Italia para estudiar la vida del célebre pintor Caravaggio en compañía de Horrible Actríz, que no sabe ni siquiera pararse con coraje ante cámara.

Y están esperando el colectivo que las llevará al hotel donde hospedaránse cuando de pronto, el director construye una torpe toma de la trompa de un viejo BMW (no consiguieron algo más razonable, incluso apuesto que es el auto del director), donde un extra exasperante despide con violencia a la más mala actriz que he visto en mi vida, diciéndole: “Bájate, ya hicimos el amor y me tienes el glande inflado con tus idioteces”. Y la baja y le tira la maleta en la cara, y se pira.

Actríz Más Mala del Mundo, despechada, le reclama a los gritos que cómo la va a dejar ahí, pero el extra ya no la escucha, huyó de la escena como cabaret en quiebra.

Así es que Actríz Más Mala del Mundo intenta un patético pucherito con sus labios sin siquiera lograrlo y se acerca a las otras dos malas actrices que esperan el colectivo y les pide irse con ellas ya que sus vacaciones aun no terminaron y no piensa regresar a su casa tan rápido por culpa de un extra intolerante. Y las pibas se copan y se van las tres en colectivo a un hotelito en medio de la montaña dónde la mala actriz protagonista deberá continuar estudiando las pinturas del célebre Caravaggio.

Pero cuando llegan al hotel -oh, sorpresa-, la conserje, compuesta por la actriz más horrorosa del universo, las atiende con gran histeria, con cara de muy pocos amigos y advirtiendo en su mirada falta de cualquier dejo de sutileza que no fue una buena decisión hospedarse en ese hotelucho infestado de misterio, asesinos y boludos, pero las tres jóvenes, aparte de malísimas actrices, son medio huecas, porque ni cuenta se dan de lo que les ocurrirá.

Y viene el maletero, un pelado muy alto y con mucha cara de pervertido que las acompaña a la habitación mientras Actríz Más Mala del Mundo ni siquiera puede caminar como una persona normal detrás del tipo, ni siquiera eso.

Y bueno, se van a dormir y uno supone que ahí se terminaron las sorpresas, que no veremos otro mal actor peor que ellas, ya que se nota por todos los costados que es un film hecho con quince dólares prestados, pero no. A la mañana siguiente, al desayuno, las otras mesas están ocupadas por una madre con su hijo retrasado de los que directamente no tengo palabras para describirlos, ya que señalarlos como malos actores sería humillar el buen nombre de éstos, y acusarlos de delincuentes o de necios o de irrespetuosos nos dejaría insultando a estos tres tipos de seres humanos que no merecen tamaña irrespetuosidad. Y como nuestro director no se anda con chiquitas, y claramente lo que quiere es aniquilar nuestras tolerancias, ubicó en la otra mesa a una pareja homosexual que no podría haberla dibujado con más falta de respeto.

Y así comienza la película, con largos silencios, tomas mal cortadas y horrendas actuaciones que trastabillan por esta ridícula y confusa trama que no solo no deja nada claro sino que, por el contrario, sembró en este humilde servidor una necesidad irrefrenable de asesinar a este grupo de malformados que se confabularon para construir esta deleznable mierda que no puede ser tan despiadadamente estúpida.

Y cuando uno ya no podía sorprenderse más, cuando las escenas que se sucedían ya no podían superar el ridículo aunque lo intentaran con tesón, va y aparece en escena una actriz de renombre que me produjo una pena insoslayable de la que aún no logro reponerme.

Así que le pido por favor, se lo pido de rodillas. No alquile ésta mezquina hijaputez. Por el buen nombre de esa actriz que está pasando este difícil momento donde, enceguecida de desesperación, aceptó trabajar en esta descarada insolencia sin reparo de nada y sin importarle un comino.

Debe ser muy triste terminar así. No creo que nadie lo merezca.

Habría que cobrarle multa a los directores y productores que sucumben a actores desesperados a ridiculizarse por dos mangos con cincuenta.

O matarlos y tirarlos en un pozo séptico.

U obligarlos a que se maten, mejor. Que se maten y se tiren en un pozo séptico, así no nos hacen laburar a nosotros, que bastante tenemos con haber soportado esta película asquerosa.


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