miércoles, 6 de febrero de 2013

Hope Springs (2012)








Con: Meryl Streep, Tommy Lee Jones y Steve Carell

Dirección: David Frankel


Esa tarde, en las oficinas de Hollywood, dos peces gordos debatían acalorados sobre los tristes números que les dejaron sus lacayos que mostraban la profunda brecha que había entre el público infantil y joven contra el netamente adulto grande. Los papeles no dejaban lugar a dudas, cada mes, menos y menos adultos de sesenta para arriba se disponían a acomodarse en una butaca a mirar una película en el cine.

Por supuesto que esto no los conmovía por el lado de pensar en la pobre gente que ya no tiene qué ir a ver porque todo es 3D, tiros y acción imposible, no. El tema es que se estaban perdiendo una cantidad importante de víctimas a quiénes cobrarle una entrada o una posterior venta de DVD, así que no había tiempo que perder. Se contactaron con el primer guionista que estuviese justo sacándose un moco, aburrido y sin una puta historia que escribir, le pagaron dos mangos y le dijeron que para la siguiente semana necesitaban una trama sobre cómo redescubrir el amor en una pareja de más de 30 años de casados.

Después hicieron algunos cálculos matemáticos y contrataron a tres grandes estrellas para obtener el éxito seguro solo con mostrar un afiche de propaganda con sus rostros, y luego: a contar plata, que es lo único que importa.

Así es que tenemos entonces esta sonsa historia de Arnold y Kay, una pareja con hijos grandes que hace muchos años que no tienen relaciones, en donde tanto el director de medio pelo como el guionista pelado decidieron ir derecho a los bifes, dejando de lado cualquier indicio de sutileza, presentando en este corner a un Arnold seco, mudo, con el gesto adusto y siempre apurado a salir rajando de la casa de la manera más exagerada que usted imagine, mientras en el otro rincón tenemos a Kay, una sumisa, romántica y afable sesentona que se la pasa siempre anhelando ese pasado en donde su marido al menos la miraba, por lo que decide comprar con sus ahorros una sesión de terapia sexual en lo del famoso doctor Feld (Carell), quien logra, entre sesión y sesión, que primero se miren, que luego se acerquen en el sillón, que más tarde se cuenten sus angustias y que terminen poniéndola como dos jovencitos excitados cuando pocas semanas atrás eran dos viejos perdidos que esperaban con paciencia la muerte.

Es increíble que Meryl Streep se haya prestado para esta huevada idiota salida de un combo de Mc Donalds.

Tommy Lee Jones tiene menos que ver con una película romántica que Marlo Brando en un film de bailarines en tapa rabo.

Steve Carell compone un papel tan pero tan inocuo y fofo que, por momentos, uno teme que se derrita en cámara.

Así que ya lo sabe, si usted ya pasó los sesenta y tiene un poco de amor propio y desea que se lo trate con respeto y que sus dilemas cotidianos se manifiesten como corresponde, alquile otra cosa, “Sensatez y Sentimientos”, por ejemplo, es una buena opción.

Esta película no sirve ni para pegar con cinta scotch en un vidrio roto para evitar el molesto chiflete.

Le pongo 2 Juanpablos.


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