miércoles, 31 de julio de 2013

3 (2010)








Con: Sophie Rois, Sebastian Schipper, Devid Striesow, Angela Winkler, Annedore Kleist y gran elenco

Dirección: Tom Tykwer


3 es una película que arranca muy linda, muy compinche de uno, muy interesante, con buena música. Bien, muy copada realmente, pero después, muy de a poquito aunque de manera sostenida, va virando hacia la situación que claramente presenta en la tapa, que tranquilamente podría haberse contado de otra manera y no de la que eligieron, donde el sexo explícito entre varones comienza a invadir cada una de las escenas al punto en que uno pierde en interés y gana en incomodidad e incluso repulsión.

No hay necesidad de tanto, no hace falta. Todos sabemos o imaginamos cómo funciona una escena sexual entre dos varones homosexuales, ya somos grandecitos. Ver el pecho eyaculado de uno de ellos solo conduce al asco y a perder el hilo de lo que finalmente trata la película, que es muy interesante y que podría haber sido incluso buena si evitábamos todo eso tan evitable.

Así que le pongo 3 Juanpablos, como el título, pero por pelotudos exhibicionistas, nomás.


martes, 30 de julio de 2013

Ted (2013)




Con: Mark Wahlberg, Mila Kunis, Seth MacFarlane, Joel McHale, Giovanni Ribisi, Patrick Warburton, Matt Walsh, Jessica Barth, Aedin Mincks, Bill Smitrovich, Patrick Stewart, Norah Jones, Tom Skerritt y la absurda e inimaginable colaboración de Sam J. Jones como Flash Gordon.

Dirección: Seth MacFarlane


Las películas que son vitoreadas con bombos y platillos durante tanto tiempo generan en aquel que aún no tuvo la posibilidad de ver una expectativa alta como High Hopes, de Pink Floyd. Y la verdad que esperaba más de Ted. Me pareció muy exagerada y muy redundante en ciertos aspectos de la relación.

La idea está bien y faltaba justo eso, que un osito de la infancia, mediante un hollywoodiano, pelotudo e inexplicable hechizo, termine cobrando vida como en las setecientas mil ocasiones anteriores, sólo que esta vez el oso crece, se hace adolescente y luego adulto, y como es un simple osito de peluche y no puede salir a trabajar se la pasa fumando marihuana, tomando cerveza y mirando la tele. La idea está bien, pero toda una enorme película con eso y eso y eso termina enderezando nuestra sonrisa hasta la mueca más tajante del mundo.

Más allá de esta crítica demasiado quisquillosa que estoy haciendo, debo reconocer que muchas cosas me hicieron reír, la escena con Flash, o Ribisi bailando y tomando en sorbete, o la ridícula colaboración de Linterna Verde como gay y la majestuosa escena en donde Ted se hace el retrasado mental, o cuando canta con voz gruesa sin consonantes y lleno de cocaína son momentos “top of the line” muy bien logrados. Pero después se desinfla y mecha estas geniales escenas con otras muy del montón y completamente insulsas que deberían haber estado un poco más a la altura de las circunstancias para cerrar una historia que hubiese sido genial en lugar de maso-maso.

Así que ya lo sabe, tenga mucho cuidado que esta película es quien sabe la comedia del siglo, pero a su querido crítico cinéfilo no le gustó del todo y usted puede llevarse una mala impresión, por lo que le recomiendo que la vea, no vaya a ser que al final le gusta y yo soy un exquisito que pide demasiado.

Le pongo 5 Juanpablos.

lunes, 29 de julio de 2013

Maximum Conviction (2012)






Con: Steven Seagal, Steve Austin, Michael Paré, Ian Robison, Aliyah O'Brien, Steph Song y un elenco sorprendente

Dirección: Keoni Waxman


Resulta que esta vez, para deleite de todos nosotros, Steven Seagal logró extirparse el piloto de negro cuero que había conquistado su cuerpo y ahora compone con gran tozudez a "Cross" (aún no consigue dejar de lado los nombres pelotudos que elige para sus personajes, pero dele tiempo, tampoco todo junto. Pasito a pasito, decía mi abuela Catalina cuando fue ingresada a aquella granja de rehabilitación por alcohólica en 1984), un experimentado y maduro marine que conduce con prestancia y a horario completo la temible prisión infestada de presidiarios que, de tan pero tan peligrosos, ni siquiera figuran en los archivos legales del gobierno haciendo que el lugar sea una suerte de Guantánamo pero sin talento, sin presos políticos y sin torturas ilegales, solo hay un puñado de pésimos actores que gritan detrás de las rejas como perros rabiosos y, por como lo hacen, pareciera que ni siquiera hubiesen visto de cerca un perro rabioso para al menos no quedar como oligofrénicos gritones sin motivo.

Y la película comienza con un sorprendente despliegue de tecnología de edición y menciones impresas en la pantalla con gran sofisticación, cada actor, el director, el productor e incluso los tiracables, aparecen mencionados con su nombre acompañado con un destello y un ruidito computarizado, como un tipeo cibernético del ciberespacio cibermoderno, y son muchos los que colaboraron en esta imbecilidad, así que llega un momento, más o menos por la mitad de los anuncios, que uno siente bastante molestia y pierde de entrada el hilo conductor de la trama por los putos tipeos cibernéticos y destellos que Steven Seagal vio como copados sin importarle, como es su costumbre milenaria, si suman o restan a la hora de conseguir un film respetable.

Así es que Steven “Cross” Seagal recibe a dos simpáticas presidiarias que deberá encarcelar cuando de pronto ingresa al predio un camión de basura de la compañía “Troya”, al que así le hubiesen puesto de nombre “Recolecciones Pablito” uno igual se hubiera dado cuenta de que adentro del camión venían ocultos un sinnúmero de torpes extras dispuestos a copar la prisión con algún incomprensible fin.

Y dicho y hecho, el camión se atora, le pasa una cosa tan difícil de explicar que ni siquiera lo entienden los propios actores que deben hacer como que lo arreglan y de pronto ¡PUM!, explosión y voladura de cajas de cartón, telgopor pintado y cajones de madera para dar entrada a la pomposa e inútil aparición en escena de una docena de extras ataviados de negro hasta la propia cara.

Mientras tanto, en la puerta de entrada del predio, otro grupo de malos actores a los que les asignaron los roles de adustos “Marshalls”, se disponen a ingresar para retirar a las morochas por orden de no sé quién. El guardia les dice que ni en pedo, que tienen que hablar con Cross. Cross no está, se fue al médico porque cuando hay humedad le duele mucho la rodilla izquierda. Los marshalls no entran en razones.

Piñas. Tiros. Muerte. Copamiento de la prisión de ultra seguridad de Steven Seagal.

Entonces Cross, al volver del médico y ver lo que ocurre se da cuenta que no le quedará otra que reunir a sus más pésimos actores de confianza y luchar contra los extras malos para recuperar a las dos insulsas morochas, y para ello se concentra y lookea a tono con un traje de soldado, una gorrita con la visera para atrás, unos lentes rojos y un impactante chaleco color caqui lleno de compartimentos que, con el penoso momento actual que padece su cuerpo más su cara reventada de grasa, tintura e implantes capilares a lo Alberto Martin, consigue, una vez ataviado y dispuesto a aparecer en escena, asemejarse bastante a la abuela de las Tortugas Ninja.

Y de ahí en más, lo que sigue, es un desfile impiadoso e implacable de escenas malísimas, mechado con rutilantes actuaciones que ni siquiera dan vergüenza ajena, todo salpicado con apariciones muy contadas de Seagal que, disfrazado de abuela tortuga lo único que conseguirá es hacerlo matar de la risa, infestando cada cuadro de acá al final de patadas, piñas y comentarios pelotudos mientras nos muestran todo el film recordándonos desde qué cámara de seguridad estamos viendo la acción dentro del penal, como si eso sirviera de algo, entonces las imágenes dicen, abajo a un costado: “cámara 18 – bloque G”, “cámara 47 – bloque R”, “cámara 20.000 – Bloque P”, todo con el maldito tipeo cibernético que inunda nuestras orejas, así que ni se le ocurra. No vaya a cometer la estupidez de alquilar Maximum Conviction. Alquílela "sí y sólo sí" si este tipo de cosas lo entretienen y lo hacen matarse de risa, como es mi caso.

Steven Seagal no tiene interés alguno en dejar de jugar al soldadito, por más que su cuerpo no pueda casi moverse, por más que la gordura que tiene abarque la escena entera que están filmando y por más que la ropa de rol que escoge le quede como el mismo culo.

Quien sabe el tipo no tiene espejo, guarda que esa puede ser una opción. Por ahí el hombre se viste de soldado o de karateca o se pone esos estúpidos sacones de cuero y no ve cómo le quedan. Quién sabe tampoco es de esos que después de colaborar en un filme va y mira la película. Puede que el tipo vaya, actúe, cobre y se vuelva a su casa a tocar la guitarra hasta su próxima colaboración, qué sé yo. Lo que sí sé es que nadie en sus cabales puede hacer una película detrás de la otra con este nivel de pelotudez y no interesarle siquiera un poquito el amor propio o el respeto por el apellido de sus ancestros. Así que, una de dos, o Steven Seagal está re pirulo, o el tipo no tiene ni espejo ni reproductor de DVD ni entradas gratis para el cine.

Otra opción no hay.

Le pongo 0 Juanpablos

viernes, 26 de julio de 2013

Recomendación Vetusta N° 90




Austin Powers: International Man of Mystery (1997)


Con: Mike Myers, Elizabeth Hurley, Michael York, Mimi Rogers, Robert Wagner, Seth Green, Fabiana Udenio, Mindy Sterling, Paul Dillon, Charles Napier y Will Ferrell

Dirección: Jay Roach


Cuando Mike Myers nos pegó aquella cachetada memorable con Wayne’s World que nos refrescó tanto los ojos, hartos de ver siempre lo mismo, nunca imaginé que superaría aquella suerte de cargada al rock y a las costumbres de los fanáticos adultos que se creen adolescentes y que andan por la vida como completos inocentes y absolutos pelotudos desmedidos. Siempre creí que Myers llegaba hasta ahí y no a mucho más que eso. Y me afirmé equivocado a esa postura hasta el día en que vi la primera edición de Austin Powers, porque hay que tener coraje de encomendarse a ridiculizar el mito de James Bond sin defenestrarlo al punto de faltarle el respeto.

Y lo más sorprendente y meritorio que tiene Austin Powers es que no sólo lo ridiculiza a la vez que lo respeta con sinceridad cuando uno ve los gags y las imposibles situaciones trilladas, absurdas y forzadas a las que estábamos acostumbrados con las secuelas del agente secreto inglés y su sex-a-peel con las minas más buenas que ha dado este mundo o sus locas luchas contra malos más completamente improbables y montados en cruzadas por lo menos torpes de lo delirantes. Lo más sorprendente, insisto, es que Austin Powers hace que uno sienta nostalgia de aquellas historias tan pero tan tontas que hemos visto hasta el cansancio y que, a pesar de todo lo que Myers nos señala como obviamente ridículo, las vemos hipnotizados.

Y a eso agréguele que con esta trilogía, Myers consigue plantarse en un nivel de actor cómico difícil de alcanzar y ganándose para siempre el respeto de todo el mundo.

Y es imposible enumerar las escenas mejor logradas (me supera la del auto eléctrico que debe girar en U por un pasillo que no tiene espacio para la maniobra, es increíble, y cada vez que la veo me hace morir de risa). Toda la película es una catarata de estupideces, chistes inocentes e ilusión con ponerla como un chico todo mezclado con continuas parodias al James Bond de Sean Connery, el mejor James Bond por lejos, que peleaba contra los más delirantes malhechores que no ha visto ni verá jamás este mundo.

Y para ellos tenemos el capítulo aparte, que es el propio Myers componiendo a Dr. Evil, esa especie de Frankenstein construido casi en su totalidad con partes de Ernst Stavro Blofeld y pizcas del Dr. No, Emilio Largo, Kananga y Francisco Scaramanga, resultando en este absurdo, incomprendido, problemático y perturbado "malo malísimo" que anhela tontas incongruencias imposibles de gestionarle a cambio de no destruir la tierra donde él mismo vive.

Y eso es todo lo que puedo decir de Austin Powers, una película que conquistó nuestros corazones y del propio James Bond, quien consiguió trascender en el tiempo también con la ayuda de esta parodia exquisita de sus propias contradicciones.

Le pongo miles de Juanpablos

jueves, 25 de julio de 2013

Being Flynn (2012)







Con: Robert De Niro, Paul Dano, Julianne Moore, Olivia Thirlby, Eddie Rouse, Steve Cirbus, Lili Taylor, Victor Rasuk, Liam Broggy y gran elenco.

Dirección: Paul Weitz


Estreno de la Semana


Bien, al fin De Niro en una buena, al fin un rol decoroso, al fin una colaboración en una que no sea o una boludez atómica, o una comedia súper trillada o una en donde pone el casét y a cobrar.

Más allá que lamentablemente el nivel de exposición de sus muecas y herramientas actorales han sido tan exprimidas en esta última década haciendo que ya canse de solo verlo utilizarlas, se pueden pasar por alto ciertos guiños denireanos agotados y darle el visto bueno.

Being Flynn es una historia real muy dura, de esas que conocemos bien y que están al alcance de la mano y de las que nadie está exento de padecer.

Gran papel de Dano, como siempre, gran actor que siempre arrima el bochín, y el resto acompaña como corresponde.

Así que déjese de renegar y guarde la indecisión en el ropero, que Being Flynn es una película tan pero tan interesante que se ganó el puesto de Estreno de la Semana en este querido blog de cine.

Le pongo 8 juanpablos.


miércoles, 24 de julio de 2013

El Amigo Aleman (2012)






Con: Max Riemelt, Celeste Cid, Jean Pierre Noher, Daniel Fanego, Katja Alemán, Carlos Kaspar, Julieta Vetrano, Cipe Lincovsky y gran elenco

Dirección: Jeanine Meerapfel




¿Qué decir de esta extraña película que acabo de ver que me dejó en esta confusión tan severa y profunda?, porque hay contrastes que no entiendo ni entenderé jamás.

En primer lugar, hay que sacarse el sombrero y salutar con honores a quienes han sido encomendados a diseñar la ambientación de época de la historia. Realmente exquisito trabajo -el único punto en contra: los autos deberían haber estado un poco sucios, no garpa que estén todos relucientes como seguro los mantienen sus dueños coleccionistas, para la próxima ensúcienlos lo suficiente para que sea más real, después se lo mandan a lavar. Es una pena que no tengan en cuenta ese detalle-. Pero insisto, sorprende la gran capacidad con la que pintaron la década del 50, 60, 70 y 80, en ese aspecto, muy-muy buena película.

Después, el tema de elegir a Celeste Cid para que lleve con tesón el rol de una chica de familia judía escapada de los nazis que se enamora del hijo de un alemán que escapó de la cárcel por ser nazi para luego mostrarnos cómo el joven niñito alemán descubre la verdadera identidad de su padre y entonces se hace Montonero y Celeste Cid joven revolucionaria…, qué sé yo, me parece demasiado peso para una actriz que dedicó su vida laboral a cosas menos comprometidas o que tiene una vida personal demasiado light en cuanto a todo lo que refiera a revolución, política de izquierda, etcétera. No me parece la actriz más “como anillo al dedo” para este rol, porque uno a Celeste Cid, nunca a Sulamit.

Y a eso agréguele, por favor, que el joven alemán que hace de Friedrich no habla castellano, entonces cada vez que lo hacen hablar con ella o con amigos argentinos –que es durante casi toda la película- el tipo habla y gesticula en alemán pero le pusieron un actor que dobla sus comentarios al castellano y se nota de acá a Alemania, ida y vuelta que el muchacho está siendo doblado, y queda bien como el culo.

Y luego el resto, desde la trama hasta el final, frío y seco como lengua de loro, así que ya no sé qué decir de esta película de amor entre una judía alemana y un alemán hijo de nazis que pasan su vida buscando encontrarse pero que el destino, la revolución, las tésis en Alemania y la mar en coche se los prohíbe. Así que le pongo montones de puntuaciones, 8 Juanpablos, a la ambientación, 5 Juanpablos a Celeste Cid, que consigue razonablemente lo que le encomendaron a pesar de ser Celeste Cid, 2 Juanpablos a Riemlet y a quienes supusieron que no se notaría el doblaje y 3 Juanpablos a la historia, que deja bastante que desear.