lunes, 15 de julio de 2013

A Common Man (2012)








Con: Ben Kingsley, Ben Cross, Patrick Rutnam, Frederick-James Lobato, Numaya Siriwardena, Jerome de Silva, Dushyanth Weeraman, Mohamed Adamaly, Kian O'Grady, Susan Zareena y pobre y triste elenco.

Dirección: Chandran Rutnam


Resulta que una mañana, vaya uno a saber bajo los efectos de qué violenta droga alucinógena, Ben Kingsley firmó contrato con unos hindúes de Bollywood para filmar esta tonta película de terroristas que contaré a continuación que, le juro, se lo prometo, se lo firmo donde quiera, jamás de los jamáses se escribirá algo tan necio, tan pelotudo, tan infantil, tan indignante, tan mal editado, actuado de manera tan horrorosa, tan toscamente dirigido y tan patéticamente construido en lo que resta de nuestra historia como humanidad tóxica que un día al fin desaparecerá de la faz de la tierra.

Así es entonces que Ben Ghandi Kingsley, esta vez lookeado como un maléfico terrorista que no asustará ni al más inocente y recién nacido espectador, sube a un colectivo srilankés con un bolso lleno de explosivos y se baja y se lo olvida, luego va  aun shoping de Sri Lanka y también se olvida un bolso lleno de explosivos dentro del compartimento de debajo de un cenicero comunitario. Más tarde se olvida otro bolso lleno de explosivos debajo de la mesada del baño de un cuartel policial, donde fue a denunciar el extravío de unos documentos para luego tomarse un tren y bajarse en la siguiente parada no sin antes olvidarse otro bolso lleno de explosivos en el compartimento de las maletas del ferrocarril atiborrado de hindúes.

Luego compra unos tomates en una feria en la calle y se guarece en la terraza de un altísimo edificio en construcción donde despliega un sin número de pelotudísimos artilugios computadoriles de terrorista berreta y, una vez todo conectado, comienza a hacer las pertinentes llamadas por teléfonos celulares a los que les cambia el chip para no ser descubierto.

Entonces se comunica con el subinspector general de policía más horrible del mundo en lo que a actuación se trate a quien le manifiesta que hará explotar todas esas bombas si no liberan a los guerreros que están cumpliendo condena por actos de terrorismo del pasado y bla bla bla.

El Subinspector General de Policía Morris Da Silva (nunca queda claro por qué imbécil motivo le mandaron “Subinspector General de Policía Morris Da Silva”, hubiera sido mucho más rápido y ágil “Inspector Gómez”, o “Jefe de policía”, o “Da Silva” y listo... No. SubInspector General de Policía Morris Da Silva, le mandaron. Y a cada rato lo nombran con ese rango e incluso con el nombre y apellido) no puede creer lo que el terrorista le amenaza por teléfono y ordena de inmediato que se junten los hindúes más malos actores de los que se tenga memoria en una pieza que nada tiene que envidiarle a la oficina del extraterrestre en jefe de Plan 9 From Outter Space, en donde unas mesas de madera re pedorras con unos manteles azules y unas notebooks muy rudimentarias comprenden la "Secretaría de Inteligencia de Sri Lanka" que intentará dar con el terrorista.

Entonces el Subinspector General de Policía Morris Da Silva convoca a su mano derecha, para que lo ayude con este dilema, compuesto por un flaquito hindú (hijo del director) con muchísima cara de bueno a quien le pusieron de nombre “Mojidín”, entonces todo el tiempo lo llama: “Mojidín, ven”, “Atrapa a ese malhechor, Mojidín”, “Mojidín, sírveme un café”, “Mojidín, comunícate con el ministro tal” “¡Salva el mundo, Mojidín!” y no te podés llamar Mojidín y suponer que va a tener la misma fuerza policial o energía temeraria de héroe que si te llamaras Jackson, o López. Así que pobrecito Mojidín va de acá para allá con ese nombrecito que nos recuerda que tenemos que ir al baño mientras aparece en escena el “policía recio”, compuesto de manera muy escatológica por otro hindú que jamás en su vida tomó una sola clase de actuación mientras docenas de extras que no saben ni siquiera lo que es una película van para allá y para acá llevando papeles hasta que el Subinspector General de Policía Morris Da Silva, cansado ya de no conseguir encontrar al terrorista, decide contratar a un hacker para descubrir la locación de Ben Ghandi Kingsley. Y si el policía recio hasta aquí era el actor más malo que usted haya visto en el mundo entero, le duró poco el trono, porque aquí está con ustedes el hindú que hace de hacker, para quien ya se me acaban los adjetivos y no puedo ni siquiera catalogarlo, pero imagine usted un tapir intentando componer a un hacker…, bueno, algo así.

Y entonces acatan las órdenes de Ghandi, liberan a los guerreros presos, los ponen en un avioncito para que se vayan lejos y sean felices sembrando el terror por dónde quiera que vayan pero al final Ben Ghandi Kingsley no es otro que ¡un señor más bueno que Ghandi! (¡¿habiendo tantos actores justo a Ben Kingsley le van a pedir que haga de malo?! ¡Si no puede!) Entonces vuela el avioncito (lo explota) y los guerreros liberados en realidad mueren ajusticiados y carbonizados y se hizo justicia entonces para sorpresa del Subinspector General de Policía Morris Da Silva toda la policía de Sri Lanka deja de intentar ubicar al malo-bueno porque hizo justicia por mano propia, así que les grita que sigan buscando pero nadie lo busca más, incluso el hacker-tapir quien finalmente se saca los cancheros lentes negros y nos muestra los ojos y entonces el Subinspector General de Policía Morris Da Silva decide hacer justicia por mano propia y sale en su 4x4 a buscar al malo-bueno y lo encuentra en una parada de tren, pero al final lo perdona.

He visto muchas películas malas en mi vida. A Common Man, sin exagerar, está entre las diez más exquisitamente malas de mi colección personal.

No vaya a alquilar esta soretera película de terroristas si no quiere perder el juicio y volverse loco y salir en bolas y a los gritos por la peatonal vociferando como un poseído ¡Subinspector General de Policía Morris Da Silva, Subinspector General de Policía Morris Da Silva!

Hágame caso una vez en la vida.

Le pongo Cero Juanpablos.


3 comentarios:

Unknown dijo...

Esta buena desde la prespectiva de conocer los gustos de cine en otras partes del mundo ( india y medio oriente ). Como puedes vender aire en España, Francia o la India: pues conociendo el mercado para empezar.

Unknown dijo...

Esta buena desde la prespectiva de conocer los gustos de cine en otras partes del mundo ( india y medio oriente ). Como puedes vender aire en España, Francia o la India: pues conociendo el mercado para empezar.

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Eso es cierto, y lo que nos deja esta enseñanza: Qué cine espantoso se mira en esos lares!