Estreno de la semana.
Con: Catalina
Saavedra, Claudia
Celedón, Alejandro
Goic, Andrea
García-Huidobro, Mariana
Loyola, Agustín Silva,
Darok Orellana, Sebastián La
Rivera, Mercedes Villanueva,
Anita Reeves y gran elenco
Dirección: Sebastián
Silva
Cuando el otro día alquilé “La Nana” fue porque ya había visto
todo y no tenía nada que agarrar, y la llevé muy desganado, incluso malhumorado por no poder ver alguna película de tiros que ese día me picaba más ver. Y le digo más, estuve a punto de no elegirla
y llevar una argentina que tampoco me atraía en lo más mínimo.
No puedo encontrar palabras para agradecer a Silva por esta obra
maestra construida con fiereza de gran director y llevada de la mano con implacable
destreza por Catalina Saavedra, de quien uno se enamora de su actuación ya en la primera escena.
Acompañada por una troup de irreemplazables que no desentonan y que ayudan a edificar esta triste, muy real y desesperante historia de amor entre una mucama que adoptó como propia a la familia que atiende, que claramente nunca tuvo otra cosa y que cuando se las ve fieras y teme un reemplazo hará lo que esté a su alcance como un perro guardián muy bien adiestrado por evitar perder lo único que atesora: la familia para la que trabaja desde hace más de 15 años, Saavedra nos apabulla con sus miedos, sus amores y sus sufrimientos al punto en que uno quiere abrazarla fuerte por mucho tiempo y montarse en una cruzada por sanarla.
Acompañada por una troup de irreemplazables que no desentonan y que ayudan a edificar esta triste, muy real y desesperante historia de amor entre una mucama que adoptó como propia a la familia que atiende, que claramente nunca tuvo otra cosa y que cuando se las ve fieras y teme un reemplazo hará lo que esté a su alcance como un perro guardián muy bien adiestrado por evitar perder lo único que atesora: la familia para la que trabaja desde hace más de 15 años, Saavedra nos apabulla con sus miedos, sus amores y sus sufrimientos al punto en que uno quiere abrazarla fuerte por mucho tiempo y montarse en una cruzada por sanarla.
No puedo detenerme en ninguna escena sin faltarle el respeto a otra, La Nana es
una mágica obra maestra, un Stradivarius que Silva consiguió afinar como si fuese el luthier con la mejor oreja
para nuestro deleite.
Pero para marcar una situación que merece mención, muy pocas cosas me han hecho reír en mi vida al punto de temer mi propia muerte. La escena de "Abby someone..." en Young Frankenstein, o la de Borat entrando en el hotel de lujo con los pantalones debajo del culo diciendo “Wazzap, vanilla face” son dos casos. El momento en que Mundo entra a su habitación y ve a sus hijos intentando reparar lo irreparable y su exclamación en llanto consiguió que no pudiese para de reírme por un rato largo, al punto en que mi cabeza parecía que explotaría y regaría de sesos las paredes de la pieza.
Pero para marcar una situación que merece mención, muy pocas cosas me han hecho reír en mi vida al punto de temer mi propia muerte. La escena de "Abby someone..." en Young Frankenstein, o la de Borat entrando en el hotel de lujo con los pantalones debajo del culo diciendo “Wazzap, vanilla face” son dos casos. El momento en que Mundo entra a su habitación y ve a sus hijos intentando reparar lo irreparable y su exclamación en llanto consiguió que no pudiese para de reírme por un rato largo, al punto en que mi cabeza parecía que explotaría y regaría de sesos las paredes de la pieza.
Y eso es todo lo que tengo para decir de La Nana, una película que
muestra con horror las necesidades humanas y la lucha por no perder lo único
que uno tiene, sea esto lo que fuere.
Por supuesto que le pongo 10 Juanpablos y compraré una copia cuando
salga a la venta. La Nana es un DVD que debe estar en mi estante de películas
copadas.
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