Con: Nicolas Cage, Josh Lucas, Danny Huston, Malin Åkerman y Sami Gayle
Dirección: Simon West
Resulta que en una nueva intentona por sacarle aunque sean solo 2
míseras gotas más de jugo a la naranja ya exprimida hasta el hartazgo de la trama “hija adolescente secuestrada – padre que
hará todo lo posible por rescatarla así pierda la vida en ello pero cobrándole
con tremebunda justicia el coste a los malditos malhechores que osaron
retenerla contra su voluntad”, Nicolas Cage es el famoso ladrón de bancos
Will Montgomery, a quien el soquete inspector de policía Harlend compuesto por
Danny Huston nunca consigue atrapar con las manos en la masa y siempre llega a
los lugares de los hechos milésimas de segundo más tarde para sólo ver humeando
la compuerta de las bóvedas ultrajadas y un gran espacio vacío donde hasta hacía
instantes descansaba cómodamente el botín ahora colgado de un hombro de Cage,
quien es un capo ladrón que siempre pero siempre se sale con la suya.
Así es que Cage, Lucas y Åkerman están concentrados dentro de una Van,
vestidos de elegante “negro-ladrón de bancos” esperando el OK del cuate que
les dio la información para robar diez millones de dólares de un banco mientras
toda pero toda la policía de la ciudad está agazapada en la vereda de enfrente
esperando agarrar finalmente a Cage y sus secuaces con las putas manos en la
masa de una maldita vez por todas. Y esta vez están al horno, porque no se
saldrán con la suya, ellos no lo saben, porque a pesar de ser los más expertos,
los más estudiados y los malhechores más difíciles de agarrar que ha visto este
mundo y las galaxias cercanas, no advierten que por la calle no pasa un sólo
auto porque ésta fue cortada por la policía ni bien ellos estacionaron, no
avistan los cascos de una docena de efectivos de SWAT que se encuentran
esperando órdenes en los techos de la cuadra y no tomaron nota del borrachín
gordo que venía cantando por el medio de la calle y que de pronto desapareció
de la escena como si lo hubieran abducido los marcianos porque un SWAT lo tomó
del saco y lo sacó del lugar para que no arruine la cosa.
Entonces, una vez recibido el “ok”, Cage baja de la Van, camina hasta
una juguetería que hay en el barrio y rompe la cerradura con fines de robo.
Nadie lo toca, todos lo ven, pero deben agarrarlo con las manos en la masa.
Luego baja Lucas y la bella Åkerman toma el volante de la Van a la espera del
gordo que dio el “ok” (nunca se entiende
por qué motivo ese gordo debía dar el “ok” y no podían ir antes o después de
ese “ok”) para así esperar a sus amigos por la salida de una cortada a unas
cuadras del lugar.
¿Tensión? ¿Suspenso? ¿Incertidumbre? Nada de eso, escepticismo y
aburrimiento crónico.
Y bueno, Cage y Lucas rompen una pared medianera de la juguetería por la
que ingresaron con unas máquinas súper copadas de esas que venden en WalMart
para destruir en un segundo un cuadrado de concreto por donde pueda pasar un
humano adulto y robar un botín de un banco y luego de cortar la pared y dejar
el hueco pasan los dos humanos adultos que trabajan en esta huevada y quedan
del lado de una bóveda como la de Lázaro Báez pero con muchísimo más dinero y una
compuerta redonda de esas que se necesitarían horas y horas de trabajo para
poder abrirla, pero Cage es el más experimentado ladrón de bancos que existe en
este mundo, así que la abre como quien corre un imbécil e inocuo pestillo de
esos que hay en las puertas mosquiteras para que no se azoten con el viento.
Entonces entran, roban los 10 palos verdes y se dan a la fuga, pero
demoran un poco más de la cuenta, ya que Lucas se queda un peligroso instante
enamorado de montones de lingotes de oro que hay en otro compartimento de la
caja fuerte pero no los puede tocar ya que el tiempo es veloz, tu vida
esencial, el cuerpo y mis manos, me ayudan a estar contiigooo. Perdón, es que
es tan pegadiza...
Y bueno, escapan, dejan a todos los policías con el pito en la mano
completamente confundidos, pero algo sale mal y quedan expuestos y entonces
Cage decide quemar la plata para no ir preso mucho más de 8 años.
Y Cage va preso, 8 años.
Y Cage va preso, 8 años.
Frustración. Quemadura. Desazón.
Y pasan 8 largos años (pero lo
cortan, quédese tranquilo que la película no dura 8 años, dios no lo permita)
y Cage consigue su libertad condicional e intenta recuperar la relación con su
hija adolescente, quien lo odia por ser un padre ladrón de bancos que nunca
estuvo presente, así que cuando se despiden de mala manera luego de tomar un
café en un bar, la jovencita sube a un taxi conducido por un Lucas muy
avejentado, completamente a punto de morir de un siniestro manojo de
enfermedades venéreas, sin una pierna y con varios dedos menos en una mano, quien
la secuestra y llama a Cage ofreciéndole que no le tocará un pelo a la bella y
dulce Alison si Cage le da su parte del botín (los cordones, por ejemplo) de
aquel golpe fallido que dejare a Cage en cana y a Lucas en ese pavoroso estado.
Pero Cage no tiene el botín, lo quemó. Y Lucas no le cree, y se pone aún
más nervioso y más sifilítico, así que al viejo Cage no le queda otra que
contactarse con la bella Åkerman y robar el banco aquel en donde había lingotes
para poder darle la parte a Lucas, recuperar a la bella Alison y escapar de la
necia policía que jamás puede pillarlo con las manos en la masa (esto es genial, porque en el banco están los mismos lingotes de hace 8 años en el mismo lugar).
Y por supuesto que lo logra.
Y por supuesto que me enojé mucho con Stolen, película pelotuda
que encima tiene un nombre parecido a Taken, que trata sobre más o menos
lo mismo y que nos refriega en la cara que seguirán insistiendo por mucho
tiempo más con estas estupidísimas tramas sobre lo que haría un padre con algún
criterio de fuga o pelea por recuperar a una hija secuestrada. Pero sigan así,
no se preocupen. Ya hicieron Taken, ahora Stolen. Sólo les falta Strudel, Eaten, Waxen, Bitten, Broken (aunque esta ya debe existir), Chosen, Fallen, Washed, Reaped, Picked y no sé
cuántas más, pero muchas, así que imagine lo que falta.
Los odio. Odio a la puta oligarquía de Hollywood.
Le pongo 0 Juanpablos.
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