Con: Jared Harris, Sam Clafin, Olivia Cooke,
Erin Richards, Rory Fleck-Byrne y gran elenco
Dirección: John Pogue
Resulta que una tarde de 1974, un grupo de
alumnos de ciencias ocultas del misterio y la tercera dimensión a la cuarta
potencia sobre “n”, se encuentran escuchando atentamente lo que el profesor
Pirulo tiene para contarles de sus macabras experiencias extrasensoriales con
pobres víctimas que han sido dominadas o tomadas de rehén por oscuros demonios
invasores de sus almas en pena.
Y las imágenes no dejan lugar a dudas, un pobre
niñito dibuja una horrorosa cara en un papel cuando de pronto comienza a
golpear su cabeza contra la pared, pero justo cuando su rostro experimenta una
épica deformación, chas, qué mala suerte, el rollo se vela o la película se
acaba o el pelotudo que estaba filmando enfoca hacia otro wing.
Esto horroriza a los ya adultos alumnos de
terciario que eligieron esta inquietante carrera para ganarse el pan, y el
profesor les advierte que nada de lo que hasta ahora les ha mostrado llega
siquiera a los talones del lamentable suceso que debe soportar a diario la
bella Pepita, una joven atacada por un demonio que vive hacinada en un altillo
de la universidad y que es estudiada desde hace años como si fuese un ratón de
laboratorio por el profesor Pirulo, quien ya tiene una habitación llena de
videos y pruebas de que la muchacha está endemoniada, y no solo no logra
extirparle el demonio sino que lo único que hace es seguir filmando y filmando
sus absurdos ataques, esos ataques que, por ahora y esperemos que al menos
durante el transcurso del film suban un par de niveles, se manifiestan como
simples gritos ensordecedores y/o arranques al pelo de una muñequita que ya
está quedándose pelada.
Así es que tres alumnos deciden acompañar al profesor
Pirulo en su cruzada por ¿sanar a la joven o solo filmarla con perversidad
hasta que la película termine de una vez? Nunca lo sabremos, pero esta es la
simpática presentación en sociedad de esta nueva y torpe intentona por hacernos
creer una nueva boludez, exactamente igual de contada que las últimas 28 mil,
en donde los sustos repentinos, las cámaras que caen al piso y enfocan
cualquier huevada en lugar de lo que con desesperación los protagonistas
espetan a los cuatro vientos deberíamos estar viendo, solo que todo lookeado en
los setentas, único e irrelevante plus que separa a este vómito fílmico del
resto de películas de éste previsible hasta la boludez más plena género
inventado por Blair Witch Project, haciendo que uno le den reales ganas de
conquistar el mundo, redactar una nueva orden mundial y como primer acción
investido con las borlas y jinetas de nuevo “ministro planetario”, mandar a
ejecutar al pelotudo que ideó esta nueva forma de terror de la que ya se
filmaron al menos 200 películas más de las tolerables por la psiquis humana.
Ponerle 1 Juanpablo sería faltarme el respeto a
mí mismo.
Maten al boludo que publicó Blair Witch
Project, único culpable de todo lo que vino después.
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