lunes, 11 de marzo de 2013

House at the end of the Street (2012)



Con: Jennifer Lawrence, Elisabeth Shue, Max Thieriot, Gil Bellows y Eva Link


Dirección: Mark Tonderai



No. Muy tonta. Muy para la pendejada. No va ni para atrás ni para delante.

Lawrence zafa, y Shue también. Buscaron cómo hacer para mantener al público masculino de tres generaciones con las hormonas revolucionadas y lo lograron, pero la película es muy pelotuda.

La trama es tan evidente que por momentos uno se pregunta para qué perdieron tanto tiempo, hubieran hecho un tráiler o un corto y listo. O una propaganda de Activia, con Shue y Lawrence promocionando el yogurcito que afloja las heces y chau, no hacía falta montar todo esto.

Thieriot no convence a nadie con su papel de joven sufrido, es patético. Patético y disneylandiano, debería ir a pedir trabajo a Disney, con esa cara y esa mala onda lo contratan seguro. Y Link tampoco, no intimida a nadie con ese ojo detrás del pelo y ese caminar vacilante.

Ah, otra cosa, una advertencia para Hollywood: No queda bien hacer ver que una celebridad como Lawrence "toca en una banda" si en la vida real no lo hace. Se nota. El esfuerzo criminal que imprime la rubia al apoyar los dedos lo mejor que pueda en el acorde Do de una guitarra acústica, sentada en canastita en el capot de una típica Ford Bronco de los ’80 es tan pero tan forzado que uno la ve y siente dolor en las yemas de los dedos. Y después, que la mina vaya el primer día al colegio (porque en yankielandia vos te mudás y ahí nomás, al toque, ya estás en un colegio nuevo que es igual de plástico y neutro que el anterior) y que de inmediato vengan dos pibes a ofrecerle para que cantes en su banda y tengan justo a mano un pen-drive para que escuches lo que hacen… Dios mío… ¿Cómo puede ser que no se les caiga una originalidad? ¿Siempre lo mismo? ¿Siempre tocan en una banda? ¿Qué mierda les pasa a Hollywood y a Disney con las bandas de rock? ¿Por qué no las dejan tranquilas de una vez por todas, que ya bastante tienen que soportar con el presente flaco que están atravesando?

Re mil patético. Re mil.

Odio cuando hacen ver que un personaje “toca en una banda”. Basta con eso porque hacen enojar. Es muy rompe huevos que siempre muestren el mismo target de adolescente, la próxima hagan otra cosa u obliguen a Lawrence a tomar clases exhaustivas de guitarra con el Roña Castro, pero decirle: “Este dedo va acá, este acá y este acá. No, acá te dije. Listo, quedate así que total son diez segundos” lo nota hasta mi tía Marta que tiene unas cataratas así de grandes y en su perra vida vio una guitarra a dos cuadras. Por favor, basta con esa estupidez. No somos tontos.

Así que ya lo sabe, si lo que usted busca es ver dos minas que están, dios santo, remil buenas, y ese es el único requisito que necesita para esta noche, vaya ahora mismo a alquilar The House at the End of the Street y cómprese unas palomitas que la va a pasar fenómeno.

En cambio si le picaron ganas de verse una peli para cagarse un rato en las patas, huya despavorido hacia la góndola de terror y agarre cualquier otra opción, sin mirar y al voleo, que seguro no se sentirá defraudado.

Esperaba otra cosa de The House at the End of the Street, una película que transcurre en el bosque, filmada en dos casas separadas por algunos árboles donde la única calle que pasa cerca es la de la ruta, por lo que ni siquiera tiene sentido el nombre que le pusieron.

No iba a publicarla un lunes, pero es tan mediocre, torpe e insistente con el temita de las bandas de rock que se lo merece más que nada en el mundo.

Le pongo 3 Juanpablos. Si alguien sabe de un profesor de guitarra para Jennifer, acá les dejo el mail de ella, para que le pasen el dato: jennifer_lawrence@hotmail.com





No hay comentarios: