Diana (2013)

Con: Naomi Watts, Naveen Andrews, Cas Anvar y gran elenco

Dirección: Oliver Hirschbiegel

No, para nada. Malísima. Torpe. Insulsa. Fría. Hecha a los apurones. Completamente cuidadosa de montones de factores que de seguro tuvieron que aceptar no contar para poder construir esta tontera.

Naomi Watts consigue dibujar con gran esmero a Lady Di y realmente hay que aplaudir su actuación, pero ¿el resto? Idiota, fofo y boludísimo.

Me hizo acordar a la película sobre la vida de Margaret Thatcher, pero peor. Un asco.

Lady Di fue una princesa, y como toda princesa vivió una vida de princesa de esas que ni usted ni yo viviremos jamás y que ya en esta era moderna ni siquiera deberían de existir. Y no importa cuán bondadosa haya sido ni cuánto se preocupaba por los africanos despedazados por minas puestas por sus propios soldados ni cuanto el pueblo la quería. Vivió una vida hipócrita llena de esplendor y fue engañada por el súper boludo inoperante de su marido.

Y es una lástima, porque estos personajes históricos son inmensamente ricos a la hora de construir una buena película, se podría haber hecho un gran film, mostrando todos los lados de la perinola que fue la vida de esta mujer, no solo lo tímida, buena, encerrada y gorreada que fue, que para colmo de males, pobrecita, no pudo siquiera tener un amor por el que poder luchar. 

No se hubiese casado con el príncipe Carlos y hubiese tenido esa vida que tanto deseaba. No hubiese muerto en un túnel de París escapando de Paparazzis mientras le daba celos a su verdadero amor de la mano de un imbécil ricachón de ocasión.

Hubiera tenido esa vida que le fue esquiva y que se le terminó de pronto por intentar alcanzarla cuando ya era tarde.

No me gustan los príncipes y los reyes. Me dan asco. Y son ideales para inmortalizar en una película biográfica, pero bien hecha, no ésta boludez tan sonsa.

Le pongo 3 Juanpablos. Naomi Watts hubiera merecido otro entorno y otra trama.