Con: Dolph Lundgren, Lochlyn Munro, Natassia Malthe, Alecs Paunovic,
Natalie Brun, Michaela Mann y gran, gran elenco
Dirección: Uwe Boll
Resulta que de
pronto, una actriz de recontra cuarta se encuentra en el bosque huyendo de unos
encapuchados. Y salta rocas, esquiva árboles cuando en un claro, detiene su
ligero correr y alza en su mano una tortita, o algo así, como diciendo “guarda
que les tiro con este postrecito”, pero nadie la acecha tan en lo inmediato y
ella se queda en pose de alerta unos instantes hasta que finalmente los extras
encapuchados aparecen y todos se cagan a cuchillazos y la joven apunta la
tortita al piso, algo explota muy mal efectizado, y ella huye y huye hasta que
el bosque termina y se ve una sofisticada y moderna ciudad de nuestro tiempo
(aparentemente toda esta primera escena transcurría en una era medieval y ahora
gracias al poder de la tortita la joven consiguió viajar al futuro, o algo así).
Mientras tanto, el
otrora recio y próspero Ivan Drago, vuelve a casa luego de un arduo día de trabajo en su
escuela de karate, llena la bañadera, va a su escritorio (nunca se quita un
saco que lleva puesto que cualquiera se hubiese quitado apenas ingresase en su
dulce hogar), abre un cajón, saca una botella de ¿brandy?, se sirve un vaso y,
apuntando el brindis a una foto con unos colegas de guerra aparentemente
muertos, exclama llorando (aunque esta es una situación incómoda porque nunca
he visto llorar a Lundgren más allá de la vez que, harto de todo, le grita a
Gorbachov en Rocky 4, y realmente es inaplicable el llanto en el rostro de este hombre) “otro año más, amigos… Me gustaría ser yo quien estuviese
muerto en lugar de ustedes”, llora un poco más mientras uno se preocupa porque
la bañadera se rebalse y finalmente sube al baño, pero cuando se disponía a quitarse de
una vez ese sacón anudado a la cintura, un ser oscuro y encapuchado intenta atacarlo meta gritar
“AAAAAAHHHHH!!!!!”, y Lundgren obviamente que lo advierte y le pone una piña,
debería haber intentado el zarpazo en silencio de pretender darle una buena zurra
al rubio grandote. Lundgren cierra la canilla (gracias a Dios) y sale del baño
al momento en que otro gritón le anticipa que intentará atacarlo dándole el
tiempo necesario para defenderse y ubicarse, y así ocurre con los otros cuatro
oscuros que ingresaron por la fuerza a su casa, quienes terminan perdiendo por
gritar todo el tiempo dando su ubicación y cercanía de la manera más torpe que
usted imagine.
En eso, mientras
Lundgren está acabando con el último oscuro (que feo que suena eso), la
muchacha de la tortita aparece, toma al rubio de un brazo y apunta el pastelito
que lleva en la mano hacia un rincón de la pieza, abriendo un pedorrísimo
agujero negro hecho con una Commodore64® y ambos son chupados a ese improcedente abismo para aparecer más adelante en la playa, lugar ideal para hacer ver que
están en el pasado. Pero de inmediato otro oscuro los ataca y mata a la joven,
quien mirando el cielo agradece a la profecía haberle dado la oportunidad de no
morir hasta bien poder traer al pasado a Ivan Drago quien, parado a su lado,
demuestra en toda su expresión que sabe perfectamente que está colaborando en
una película que ni siquiera debería haberse intentado aunque claramente le chupa
un huevo.
Pero a no preocuparse,
que de inmediato llega la caballería, montones de extras muy malos actores se
disponen a proteger a Lundgren y a llevarlo ante “el rey”, un boludísimo
petisito bastante parecido a Lord Farquad, de Shrek, quien ni bien lo
ve le cuenta un montón de flagelos por demás de confusos que están soportando a
manos de la “madre vieja”, gobernadora de los oscuros y que por ellos la
princesa que ya ni recuerdo el nombre fue en su búsqueda, porque solo él (y
esto tampoco queda claro ya que Lundgren ni tiene antenitas ni cuenta entre sus
herramientas con un chipote chillón) es quien podrá defenderlos.
Así que los días
pasan, el rey alimenta a Drago con sus mejores alimentos y sus mejores vinos (esto lo señala todo
el tiempo, no sé si para pasarle factura a su invitado o para demostrar que
también tiene peores alimentos dejándonos con lo duda sobre quién será quien
come estos últimos y por qué los comería habiendo otros mejores) mientras Drago no le da ni pelota y se
empoma a la doctora del pueblo, muy linda por cierto.
Pero no todo es tan
como dice el rey, cuando Drago finalmente llega a presentarse ante la madre
vieja o santa vieja o madre santa o madre mía, se da cuenta que en realidad el
malo es el rey, quien tiempo atrás mató al rey anterior y a toda su familia para coronarse
gobernador del lugar mientras la vieja rescataba al hijo del rey verdadero
y, siendo apenas un bebito, se lo llevaba bien lejos, al futuro, para ir a
buscarlo cincuenta y pico de años más tarde y así luchar contra Farquad y
volver al trono (¿Pero cómo? Entonces si Drago era el rey, la muchacha del pastelito era del bando de los malos y los oscuros finalmente eran tipos buenos obligados a vivir en el destierro, ¿por qué carajos cuando lo fueron a buscar intentaron matarle meta gritar sus posiciones?????? Flagelos de típica película sin argumento...)
Esto cambia
rápidamente lo que Ivan pensaba sobre la vieja y se dispone, ya nombrado rey, a
acabar con el malvado petisito, pero de pronto, en un claro del bosque, un inexplicable dragón
tan mal hecho que no espantaría ni al propio Kaspar Hauser, aparece por el
lugar y lo ataca, aunque al rato todos se dan cuenta de que el dragón no es
otro que el “catalizador” (¿?) y en realidad vino para luchar con ellos y así
derrocar a Farquad, quien huye al futuro y Drago lo sigue para pelear con él en
el pequeño living de su casa, matarlo y servise otra copita de ¿brandy? para
brindar con la foto de sus ex compañeros de guerra.
Así que ni lo intente, no va a poder creer esta película absurda.
Así que ni lo intente, no va a poder creer esta película absurda.
Le pongo 1
Juanpablo, todas las escenas de Lord Farquad escribiendo o haciendo pócimas con
la corona y la capa puestas son realmente admirables y no cabrían en ninguna
cabeza, por más drogada o intoxicada que esta estuviere.
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