Con: Hugh Dancy, Maggie Gyllenhaal, el Papa Francisco, Felicity Jones, Rupert Everett, Ashley Jensen, Sheridan Smith, Gemma Jones y gran elenco
Dirección: Tanya Wexler
Cuando una
directora de cine se monta en una cruzada por contar con lujo de simpáticos y pícaros detalles cómo fue que se inventó el consolador y la película transcurre en esa
lejana época en que los hombres andaban con galera y se creían superiores a las
mujeres y las mujeres andaban con corsétes y jaulas de alambre para acampanar
sus floreados vestidos que combinaban con ridiculísimos sombreritos y todos se
trataban de usted y pase usted, no por favor, pase usted y Oh, buenos días o Sra
Bovary, qué gusto verla y toda esa perorata de fin del siglo XIX a mí me agarra
un embole de esos que son irremontables, que me hacen abrazarme a la almohada
con cara de culo y cerrar bien fuerte los ojos anhelando dormirme de una puta
vez así termina el día para poder probar mejor suerte mañana.
Así que no sé qué
decirle de esta película por encima de lo que ya le manifesté en el párrafo
anterior, pero le advierto: No me causó la más mínima gracia y la vi de pé a pá sin la más
mínima onda.
Ojo, sé de mi
rechazo absoluto a la temática cómico-sexual unida y entrelazada a la
ambientación de época, así que es muy probable que ésta sea la película del
siglo y que yo sea un zopenco, pero no lo creo.
Lo que es a mí, me
dio un embole de locos. Ni la aparición del Papa Francisco como el padre de la
protagonista logró divertirme con sus disparatadas ocurrencias.
Le pongo 4
Juanpablos.
2 comentarios:
¡El Papa en una película sobre consoladores! Eso es nuevo.
Es que el tipo está en todos lados
Publicar un comentario