Con: Hellen Mirren, Om Puri, Manish Dayal, Charlotte Le Bon, Amit Shah,
Farzana Dua Elahe y gran elenco
Dirección: Lasse Hallström
No, dios mío. Qué película obvia, torpe,
elemental y previsible…
Ni siquiera la terminé de ver. No tengo tiempo
de sentarme en el sillón para ver cómo unos hindúes a los que todos los
imponderables económicos del mundo les caen en la cabeza y en sus ochentosas
camperas inflables mientras van de país en país intentando reconstruir el
restorán familiar y terminan (qué suerte
que tienen algunos) comprando todo un caserón enorme en un soñado pueblito
francés para inaugurar frente a un restorán de esos que tienen estrellas, un
comedero de recetas hindúes mientras diversas vicisitudes y disparatadas
ocurrencias tragicómicas se empeñan en pintar como ridículos y mugrientos a un
grupete de actores indios que deberán poner todo de sí para abrir finalmente
las puertas del restorán que luego, sin duda alguna, le hará flor de sombra al
restorán francés de renombre y Helen Mirren, la más estricta, estreñida y
asexuada Chef de Francia que dirige con mano dura y elemental composición a su
grupo de expertos cocineros, finalmente hará un “viaje de diez metros” cruzando
la calle y aceptando que de cocina aún no sabía nada y que estos morochitos mal
vestidos le taparon bien la boca.
Así que ni siquiera la califico, no vaya a ser
que justo cuando decidí apagarla faltaban escasos minutos para que irrumpiera
en la historia Godzilla con un delantal y les hiciera competencia en la otra
esquina mientras Roberto Goyeneche, vuelto de la tumba, amenizaba las tardes
cantándose un tanguito detrás de otro para beneplácito de los comensales de los
tres negocios.
Yo que usted ni me caliento, para mí que la
historia que no vi seguro seguía ese curso que imaginé.
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