Con: Benedict Cumberbatch, Keira Knightley,
Matthew Goode, Mark Strong, Charles Dance y gran elenco
Dirección: Morten Tyldum
Bien. Buena película de Tyldum. Ideal para ver
en compañía de sus hijos adolescentes que quieran conocer cómo fue que comenzó
la idea de la computadora que hoy les maneja la vida con tanta naturalidad.
Imprescindible para entender cómo fue que los aliados finalmente lograron
avanzar sobre los nazis y ganar la Segunda Guerra Mundial.
Cumberbatch está muy bien en su rol del gran
Turing, Knightley no rompe demasiado las pelotas con su infumable presencia,
Strong, como siempre, impecable. Y Dance, mágico. Qué poca bola se le dio a
este recio actor inglés que ya está en el otoño de su carrera. Debería haber
sido más exprimido, una lástima.
En definitiva, amigos, no duden en ver The
Imitation Game, una historia de matemáticos estrella que fueran
elegidos por el gobierno británico para descubrir los mensajes encriptados de
los nazis, que luego de muchísimo esfuerzo y mucho tiempo de trabajo lo
consiguieran comandados por Alan Turing, quien gracias a este trabajo pedido
por el gobierno además de cumplir con lo que se le pidió inventará de rebote la
computadora que hoy conocemos y que pocos años después de este insuperable triunfo
profesional fuera ninguneado, olvidado y arrancado de todas sus proezas por su
condición de homosexual haciéndolo suicidarse de dolor y humillación para
devolverle todos sus premios y reconocimientos el año pasado, aunque no creemos
que el viejo Alan, o los huesos de este, se hayan sentido reivindicados en lo
más mínimo.
Le pongo 7 Juanpablos.
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