lunes, 19 de agosto de 2013

Silent Hill: Revelation 3D (2012)





Con: Adelaide Clemens, Kit Harington, Carrie-Anne Moss, Sean Bean, Radha Mitchell, Malcolm McDowell, Martin Donovan, Deborah Kara Unger, Roberto Campanella, Erin Pitt y gran elenco

Dirección: Michael J. Bassett


Se ha puesto de moda el género “tren fantasma”, y consta de la siguiente modalidad: Ponen a un par de desconocidos actores que luchan con esmero desde hace un tiempo pegar cualquier boludez que les permita el salto inicial hacia esa tan ansiada vida como actores famosos y los hacen ir por algún camino estrecho y oscuro de donde salen monstruos o escenas de golpe y esas cosas en medio de una trama tan pero tan complicada y llena de aristas imposibles de retener que hacen que uno pierda constantemente el hilo de lo que ocurre rellenando la insulsa torta con un par de actores de renombre en desuso que ya no saben cómo hacer para pagar la cuenta de la luz y se alistan en la producción que sea sin que su trayectoria les importarte un comino.

Así que acá estamos con esta rubiecita que en la primera edición de Silent Hill era una niña perdida en un pueblo fantasma o místico que se robaba niñitas con inaplicables propósitos y que pudo ser rescatada por su madre, Radha Mitchell, que si hace memoria, recordará que la primera edición de esta tontería no era tan mala.

Entonces, en esta segunda entrega, la joven adolescente vive con su padre o padrastro quien le prohíbe que ande divulgando su verdadero nombre para que no vuelvan los monstruos del inframundo a pretender capturarla ya que demasiado tienen con que la pobre Radha quedó imposibilitada de volver a la realidad y está vagando por Silent Hill en esa oscura y maléfica dimensión hasta que el hechizo se agote.

Pero la joven no hace caso a su padre, ya sea porque le gusta alardear de su condición de “adolescente con una experiencia insuperable y perturbadora” o porque el director le recomendó que no le diera tanta bolilla a su progenitor así poder comenzar con las escenas de suspenso, terror y macabrismo que aparecen de pronto.

Entonces ella tiene un medallón re complicado, por el cual cada maléfico monstruo del inframundo se pelea por conseguirlo, y ella no se da cuenta de esto, o sí (ya perdí el hilo) y corre escapando de la mano de un jovencito que al final sería el hijo de la mala y por consiguiente, su entregador, mientras un robótico humanoide con cabeza triangular y un cuchillo que es realmente inconcebible la persigue por donde sea que vaya hasta que la jovencita consigue entrar en una especie de prisión para almas malignas donde el viejo Malcom McDowell la espera, encadenado y ciego para robarle el puto medallón y metérselo dentro del cuerpo para así conseguir maldad eterna. Pero todo sale mal y alguien pone a Malcom de un tiro y ella escapa.

Y basta, termínenla porque realmente es insufrible esta estúpida huevada inadmisible que alquilé

Le pongo -3 Juanpablos que encontré vagando perdidos en el inframundo de los puntajes maléficos.
 


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te estás gastando un dineral en basura inmirable man... pensalo.

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Es que disfruto del buen cine malo..