Con: Ben Barnes, Julianne Moore, Jeff Bridges,
Alicia Vikander, Olivia Williams y gran elenco
Dirección: Sergei Bodrov
Ya va siendo hora que Jeff Bridges pinte por el
fonoaudiólogo. El otrora tono de voz descreído y desilusionado mezclado con su
forma de hablar entre dientes que lo hacían aquel actor tan particular, de
viejo y como con toda maña se ha acentuado a tal punto que pareciera que cada
vez que le toca decir una línea lo hubiera agarrado con 14mil aceitunas negras dentro
de la boca. O al menos esperen a que termine con esa pipona picada que se manda
mientras espera que los técnicos dispongan los distintos sets, pero resuélvanlo
porque no se le entiende una mierda lo que dice.
O no lo contraten más, si es inútil. Olvidado
en el tiempo quedó el Jeff Bridges que todos conocíamos, Big Lebowski, Fabulous
Baker Boys, hasta en Tideland hace un criterioso papel -película
espantosa que me costó terminar del gran Gilliam-…Qué sé yo, la de las cabras
con George Clooney…
Jeff Bridges ha dejado un legado, que no es
poco, pero ya viene derrapando mal desde Tron, R.I.P.D. (bazofia
inaudita copiada sin una coma corrida de Men in Black pero con muertos), The
Giver y ahora esta huevada para jovencitos en donde vuelve a poner su
impronta de borracho necio y perdido que no puede siquiera emitir una palabra
audible –y eso que con el inglés me
defiendo bastante, no importa la procedencia del actor- para llevar las
riendas de esta tontísima historia de la mano nada más ni nada menos que de
Julianne Moore, quien mucho menos que Briges tiene lo que hacer en esta
patética historia de cazadores milenarios de siniestros demonios que no asustan
ni a mi abuelita.
Así que ya lo sabe, vaya haciéndose la idea de
que ver a Jeff Bridges en el cover de un nuevo film no es más garantía de buen
producto sino todo lo contrario.
Le pongo 3 Juanpablos. A los adolescentes les
encantará.
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